Maribel Guardia narra los últimos momentos de su hijo Julián Figueroa, ofreciendo un conmovedor testimonio en medio de la controversia.
Ciudad de México.-Maribel Guardia comparte su versión de los últimos momentos de su hijo Julián Figueroa en medio de la controversia generada por las declaraciones de su exnuera, Imelda Tuñón, en el podcast ChingonaMente conducido por Adriana Gallardo.
Imelda Tuñón había afirmado que el fallecimiento de Julián dejó en ella una huella sensorial duradera, mencionando un olor que le recordaba ese momento. En respuesta, Maribel Guardia ofreció un testimonio conmovedor, sin confrontar directamente, con el objetivo de honrar a su hijo.
“Ese domingo que mi hijo murió, cuando terminó la función, como todos los días yo me hinqué y le pedí a la virgen por mi hijo. Y ese día cuando llegué a mi casa, mi hijo estaba muerto. Y entonces ahí es donde me dice: ‘Julián está muerto’. Y yo agarré el teléfono, lo aventé contra el vidrio del carro. No nos estrellamos de milagro”, relató.
Guardia describió cómo encontró a Julián, contrastando con la versión de Tuñón, quien insinuó que el cuerpo desprendía un olor fuerte. Maribel, sin desmentir directamente, compartió su experiencia personal:
“Cuando yo llegué a ver a mi hijito, estaba dormido con las piernas cruzadas, en paz, con los ojos cerrados. Estaba dormido. Fue muy duro para mí. Muy duro para mí”.
La actriz también narró el momento en que, frente a la Virgen de Guadalupe en su sala, se arrodilló para reclamarle y luego pedirle perdón.
Su confesión refleja el profundo dolor de una madre que ha perdido a su hijo, pero también la fortaleza espiritual que la sostiene:
“Perder un hijo, no hay palabras. Solo una madre lo puede entender. Alguien que ha tenido un hijo es un dolor totalmente diferente”.
A pesar de su tristeza, Maribel encuentra en el recuerdo de Julián la motivación para seguir adelante:
“Es mentira que eso te deja de doler. Duele todos los días y todos los días pienso en él. […] Sé que él quiere que yo esté en el teatro y que la gente me aplauda y que yo me sienta contenta con el cariño de la gente. Él quiere que continúe”.
Finalmente, Guardia reflexionó sobre las lecciones extraídas de esta dolorosa experiencia.
“El dolor tiene que ser un gran impulsor. […] Yo a veces digo, todo lo que sucede es para bien. Bueno, ¿Qué puede haber de bueno en la muerte de un hijo? No, está loca. Pero claro que sí, a mí me enseñó a levantarme a pesar de que no quería volver a levantarme de la cama”, concluyó.