Con pancartas y consignas de paz, centenares de personas acompañaron a la magistrada presidenta del Teemich, Amelí Gissel Navarro Lepe, en la marcha realizada en memoria de su esposo, el productor citrícola Bernardo Bravo Manríquez, asesinado días atrás.
Centenares de personas marcharon de forma pacífica por las calles de Morelia en honor a Bernardo Bravo Manríquez, productor citrícola y líder citricultor asesinado en Apatzingán el pasado lunes.
Con cartulinas que decían “Justicia para Bernardo”, “Queremos paz”, “Tu vida era el campo” y “Exigimos paz en el campo”, familiares, amigos, trabajadores agrícolas y ciudadanos acompañaron a su esposa, la magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán (Teemich), Amelí Gissel Navarro Lepe, quien, junto con familiares y amigos encabezó la caminata con un mensaje de gratitud, memoria y llamado a la paz social.
Visiblemente conmovida, ante medios de comunicación Navarro Lepe dirigió palabras de agradecimiento “a los medios, a las personas que nos ven a través de los medios, a todos ustedes, con mi profunda gratitud, reconocimiento por las sentidas muestras de solidaridad para mí, para mi hija, para mi hijo, para mi familia”.
Agradeció también “las sentidas palabras hacia mi esposo Bernardo Bravo Manríquez, productor citrícola, líder social, gente del campo de trabajo, y por el reconocimiento a su trabajo, a su labor. Les agradezco profundamente”.
La magistrada señaló que, pese a la tristeza, la sostiene “su legado, me sostiene el querer sostener su voz, hacer eco de su voz”.
Explicó que la intención de la marcha es “retomar y promover su mensaje, un mensaje claro y contundente de paz, de paz social, sostenible y verdadera”, y subrayó que la paz “solo depende de actos justos y de que cada quien haga lo que le corresponda”.
Recordó que el trabajo de Bernardo “ha sido el campo, y había sido el campo, y el campo es vida, y así lo veía él. Trabajó por el campo, pero también por la dignificación de las personas del campo; trabajó por la responsabilidad humana, por la paz, por la igualdad de derechos, porque a final de cuentas eso es lo que da la paz social”.
Navarro Lepe lamentó los hechos ocurridos:
“Lo acontecido son hechos que, a final del día, no deberían de ocurrir, ni con Bernardo, ni con ninguna otra persona, en cualquier municipio o en cualquier estado, que sea un estado con democracia y con derechos. No deberían de ocurrir, son hechos que no deberían de ocurrir para nadie”.
Afirmó que el legado de su esposo “es ahora un movimiento social, pero un movimiento de paz, un movimiento pacífico. Queremos transmitir paz, queremos paz en nuestra sociedad”.
Con voz firme, la magistrada expresó que “Bernardo Bravo Manríquez, productor limonero, productor agrícola, es un movimiento de paz legitimado por el más grande del Estado: el pueblo, la sociedad y las personas”.
Para concluir, agradeció la solidaridad y reiteró el llamado a mantener vivo el mensaje de su esposo:
“Agradezco profundamente a todas las personas el unirse en este mensaje de paz, porque eso es lo que es, eso es lo que estamos haciendo.
Un mensaje de paz al que agradezco se unan. Un mensaje de paz, de dignificación humana, de condiciones justas para el trabajo del campo, de todas las personas del campo, de los trabajadores, de los productores, de la dignidad humana”.
“Y hoy hacemos eco d su voz. Hacemos eco de tu voz, Bernardo, y no la dejaré, y no la dejaremos perder. Muchas gracias a todos por sumarse a este mensaje y movimiento de paz. Gracias, compañeros, gracias.”
