Morelia, Michoacán, 28 de agosto de 2024.- ¿Será que el nuevo PRD se convierte en un nuevo apéndice del Morena, en el dedo más chiquito del partido guinda?
La “decisión colectiva” del partido, según dicen, de que Araceli Saucedo Reyes se sume a la bancada del Morena en el Senado es sin duda un acto de traición para el discurso de las dirigencias nacional y estatal de los últimos 6 ó 7 años, pero también a lo ofrecido por la senadora electa en campaña.
Más allá de eso, el intento de justificación que ha expuesto el dirigente estatal, Octavio Ocampo Córdova, en el sentido de que se cerró el capítulo de alianzas con PAN y PRI, pues simplemente no cuadra, porque fueron los militantes de esos dos partidos los que le dieron el cargo a Araceli Saucedo.
Está claro que sólo con el apoyo del PRD la presidenta municipal de Salvador Escalante con licencia no habría superado ni siquiera a Carlos Herrera Tello, entonces abanderado de Movimiento Ciudadano.
Ahora, ¿cómo explicarle a los panistas y priistas que votaron por Saucedo Reyes que la perredista y lo que queda de su partido decidieron de forma unilateral no cumplir con la agenda que prometieron y, por el contrario, plegarse a los intereses de lo que habían jurado combatir?
Ya los vimos muy contentos en la reunión con el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla; ya los vimos con los senadores del Morena, poniéndose a las órdenes de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
Y aunque todavía andan circulando en las redes los videos y las notas periodísticas donde Araceli Saucedo, Octavio Ocampo y otros perredistas lanzaban sendas críticas contra Andrés Manuel López Obrador y compañía, ahora resulta que se suman con los guindas (que todo el tiempo han querido destruir al sol azteca), porque a fin de cuentas todos son de “izquierda”.
Ahora, los perredistas que aún quedan culpan al PAN y al PRI de la pérdida de su registro nacional, cuando en los hechos las alianzas con los que llaman de “derecha” fueron las que les permitieron sobrevivir otros seis años.
Si otros no tienen memoria, para eso estamos los periodistas, para recordarles.
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