Su legado musical permanece en cerca de treinta discos, muchas canciones, imágenes en películas, en jóvenes cantantes de hoy que han retomado e interpretan su repertorio

Jaime Vázquez, colaborador La Voz de Michoacán

En septiembre de 2017 María Amparo Higuera Juárez recibió el Premio Estatal de las Artes Eréndira, por su labor de décadas como intérprete de la música regional. Toda una vida dedicada a interpretar canciones que definen una parte de la identidad nacional, piezas fundamentales del rico y variado universo musical de México.

María Amparo nació en 1936 y su hermana Imelda en 1938 en Cañada de Ramírez, Numarán. Dedicadas a las labores del campo, el gozo por la música y por cantar juntas acompañó su diario trabajo familiar. Esa pequeña afición creció y se transformó en razón de vida que las llevó a interpretar coplas de su tierra y aquellas otras que se escuchaban en la radio y les endulzaban los oídos en los años cuarenta y cincuenta: aires campiranos, melodías rancheras, temas para mariachi.

En los cincuenta, en una fiesta en su localidad, conocieron a los aguascalentenses Carolina y David González, integrantes del Dueto América, con quienes compartían el gusto por ese género de la música. Carolina y David con sus guitarras eran reconocidos intérpretes en aquellos tiempos. Con el apoyo del Dueto América, Amparo e Imelda comenzaron a estudiar formalmente.

En 1955, ya bajo el nombre de Las Jilguerillas, grabaron su primer disco, con las melodías Chaparrita consentida y Has de ser mía. Las voces de Las Jilguerillas comenzaron a escucharse con éxito en México y entre la comunidad mexicana en los Estados Unidos.

El paso al cine fue en 1974 con una breve aparición como cantantes en El secuestro, escrita y dirigida por José María Fernández Unsáin, con Jorge Rivero y Claudia Islas en los roles estelares.

Mario Hernández y Antonio Aguilar escribieron el guion de El rey (1976), dirigida por Mario Hernández, y que tomó la célebre canción de José Alfredo Jiménez como pretexto para contar una historia ubicada en los tiempos de la Revolución Mexicana. Mientras preparan la masa, echan las tortillas al comal y los revolucionarios deambulan alrededor, Las Jilguerillas, vestidas de soldaderas, cantan: “Ya la luna va saliendo, ya es hora de caminar, ya me voy pues ya se me concedió el intento que yo traiba…”, una canción de Dolores Ayala. En El rey actúan Antonio Aguilar, Carmen Montejo, Pancho Córdova, Gerardo Reyes y Javier Ruán, entre un numeroso elenco.

Juan Andrés Bueno escribió y dirigió ¡Que no me bese el mariachi! (1981), comedia de enredos rancheros y de cancioneros en un teatro. Ahí llega Armando Soto La Marina, el Chicote, y les pregunta a Las Jilguerillas por qué no cantan. Ellas le responden que sin mariachi no pueden y que además “ni nos pagan”. En la cinta están Rafael Inclán, Rafael Buendía y Mercedes Castro; una película filmada en Los Ángeles, California, para el público de origen mexicano radicado en Estados Unidos.

Otra producción para el público mexicano más allá de las fronteras es Maldita miseria (1982), ahora dirigida por Julio Aldama, película en la que Las Jilguerillas de nueva cuenta compartieron escena y canciones con Rafael Inclán y Mercedes Castro, y con los cantantes Cornelio Reyna y Juan Valentín. 

Escuchamos a Las Jilguerillas cantando la canción tema en La Coyota (1987, Luis Quintanilla Rico), relato de desventuras, venganza, romance y corridos en el que, por cierto, debuta como actor Marco Antonio Solís (1959, Ario de Rosales).

“Con qué me pagas el cariño que te tengo…”, cantan Las Jilguerillas en la película Y tu mamá también (2001) de Alfonso Cuarón, la charolastra historia de Tenoch, Julio y Luisa por las costas de Oaxaca.

Imelda Higuera falleció en 2004 y unos años después Amparo se unió a su compañera en el cine, Mercedes Castro, para formar un dueto que continuó con la tradición musical iniciada en 1955.

La memoria y el homenaje a Las Jilguerillas está no sólo en el monumento erigido en su honor en Cañada de Ramírez. Su legado musical permanece en cerca de treinta discos, muchas canciones, imágenes en películas, en jóvenes cantantes de hoy que han retomado e interpretan su repertorio. Están en la memoria de quienes cantan con ellas las letras y las melodías de la tradición campirana, la sencilla y a la vez profunda voz de la tierra.     

Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.

@vazquezgjaime