Morelia, Michoacán

La silla monumental, emblema de Maravatío de Ocampo, que se exhibe a la entrada del recinto artesanal del Festival Michoacán de Origen se ha robado una buena parte de los reflectores en esta gran fiesta del estado.

Todos quieren subirse en ella y vivir una aventura que se torna única, incluso, los que no intentan escalarla no dudan en tomarse las fotos del recuerdo para no perder la oportunidad de hacer historia.

José Luis Monroe López, el artesano creador de esta obra gigantesca, que roza los 70 años, aprendió este oficio con su papá, un sillero de mucho renombre en Maravatío en los años 40 y 50.

Fue poco a la escuela y nunca conoció otros oficios, pero a los 7 años comenzó a hacer sillas chiquitas, a los 11 ya se las arreglaba para fabricar “las costureras”, que eran ideales para que las mujeres cocieran y tejieran, y a los 16 se consagró en los trabajos más grandes y exigentes de la carpintería. Entonces, sintió que el mundo ya era de él.

La silla monumental construida por Monroe López mide 3.18 centímetros desde la base hasta la corona y a nivel horizontal 1.85 en la parte trasera y 2.10 en la delantera. Con todo y escalera pesa 450 kilos.

Está llena de hermosas flores pintadas por su creador, quien aprendió a “florear” con su mamá que ya tiene 89 años y sigue vigilando su trabajo.

Una tarde, con el sol inclemente ya en declive, Monroe López hizo un aparte para contestar algunas preguntas de Primera Plana MX y lo hizo con la sencillez de los hombres que dan mucho sin pedir nada a cambio.

  • ¿Qué tiempo se demoró en construir esta silla tan grande?

La hice en 24 días, a principios de este año, ya es la tercera. Las anteriores también las presenté en el Festival Michoacán de Origen. Esta silla la fabriqué para festejar el aniversario 484 de la fundación de Maravatío.

  • ¿Quiénes se sientan en ella?

Todos lo quieren hacer, en algunas ocasiones son los niños y adolescentes los que se suben, en otros casos, la ocupan los jóvenes caballeros y las muchachas y, claro, las familias completas no se quedan atrás.

En la silla naranja del año pasado se sentaron 27 personas a la misma vez en Maravatío, ocuparon hasta las escaleras. Todo un récord.

  • ¿Cuánto hay que pagar para subirse a la silla?

Nada, pero acepto contribuciones voluntarias para darle mantenimiento y traslado. Tengo que lucirla sana a la vista de todos, sin rayaduras en la pintura.

  • ¿Se siente orgulloso de su trabajo?

Sí, la curiosidad es muy grande, la majestuosidad de esta silla es tremenda, llama la atención desde muy lejos. Cuando se suben a ella siento una energía especial, pienso: ¡realicé mi sueño!… ¡logré mi ambición de tener algo monumental! En tres años esta exhibición ha tenido un saldo blanco.

  • ¿Dónde exhibe la silla durante el resto del año?

Bueno, cuando termina el festival la empapelo y la guardo, pero cuando el municipio de Maravatío tiene visitas importantes la saco y la exhibo de nuevo.

Además, la he mostrado en Tlalpujahua, en Zinapécuaro, Epitacio Huerta y en varios municipios de Guanajuato. Este año andamos en plan de mostrarla por todo el estado.

  • ¿El gobierno del municipio de Maravatío lo apoyó?

Económicamente poco, pero sí mucho en lo emocional, lo moral. Es el que me inyecta esa energía para yo seguir adelante, me gestiona los permisos y me respalda en todos los trámites. La maestra Teresita, que es la encargada de la Casa de la Cultura, y de nosotros los artesanos, nos echa la mano también con todo el alma.

  • ¿Cómo funciona su taller Artesanías Cuquita en Maravatío?

Muy bien, hacemos sillas, salas artesanales, mecedoras y otras muchas cosas. Le puedo hacer hasta una recámara floreada. Tengo buenas ventas. Vienen clientes de varios estados vecinos. Estamos en Félix Ireta 404, colonia el Chirimoyo.

Monroe López esta casado con una mujer que ama tejer y tiene un hijo de 25 años que ha seguido su camino como artesano y ya tiene sus propias ideas para ofrecer cosas más útiles y hermosas a los clientes.

“Mientras el gobierno de Michoacán nos permita participar en este Festival, aquí estaremos. Cada año cambio de silla y eso la hace más atractiva. Las dos sillas anteriores están lejos de aquí, una en Nueva York y la otra en Ciudad Juárez, ya están vendidas”, nos dice en la despedida.

  • Entonces la silla del Festival 2024 ¿también está en oferta?

Claro, se la pienso vender a usted (RIE).