El gerente del Programa de Tripulación Comercial señaló que no hay nuevos problemas en la nave y que esperan en un plazo de mes y medio dar con las soluciones
Miami. La NASA señaló este viernes que la cápsula Starliner de Boeing no está "varada" en la Estación Espacial Internacional (EEI), que los dos astronautas de la misión están seguros, que no hay nuevos problemas en la nave y que esperan en un plazo de mes y medio dar con las soluciones.
El gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, Steve Stich, dijo en una conferencia de prensa virtual que no hay ningún afán de traer de vuelta a los astronautas Barry 'Butch' Wilmore y Sunita 'Suni' Williams, mientras continúan trabajando para resolver los problemas técnicos para volver a la Tierra.
Stich, quien no mencionó por ahora ninguna fecha de regreso, dijo que la Starliner no tenía ningún nuevo problema y que la nave "está en buenas condiciones".
La primera misión espacial tripulada de la empresa Boeing debía regresar el pasado 14 de junio, pero se ha retrasado debido a fugas de helio.
La NASA y Boeing mantuvieron en la última semana silencio sobre el regreso de la cápsula, que habían pospuesto para el pasado martes, lo que desató especulaciones y teorías de la conspiración. Ambos señalaron este viernes que iban a hacer más frecuentes las informaciones sobre Starliner.
"Lo que esperamos hacer hoy es quizás aclarar alguna información que ha existido y cualquier malentendido sobre el vuelo y nuestro estado de la Starliner y camino a seguir", dijo Stich.
Los participantes en la rueda de prensa dijeron que todos deberían entender que todavía están en medio de una misión de prueba.
Por otro lado, los participantes señalaron que no han obtenido ninguna comunicación de Rusia sobre el satélite de ese país que se desintegró el miércoles y que obligó a los astronautas de la EEI a refugiarse temporalmente en las tres cápsulas, entre ellas la Starliner.
Al menos 45 días más
Stich subrayó que se está revisando el vehículo para asegurarse de que todo esté listo para el regreso de la Starliner a la Tierra. "Hablamos de un límite de 45 días", en los que se harán una serie de verificaciones de baterías y su rendimiento en órbita.
Recordó que la nave Starliner está diseñada para una misión de 210 días, que "los sistemas están funcionando bien" y se están verificando además el software para su correcto funcionamiento y los propulsores.
Con el tiempo extra en órbita en la EEI, los expertos de la NASA y Boeing se centrarán también en observar la forma en que funcionan los calentadores en el sistema de hélice y el rendimiento térmico, entre otras pruebas.
Respecto a las fugas de helio que se detectaron, se detalló que el pasado día 15 se verificaron y que las tasas de filtración fueron disminuyendo en todos los colectores que tenían fugas.
Boeing, molesta con los comentarios de algunos medios
Mark Nappi, vicepresidente del Programa de Tripulación Comercial de Boeing, se mostró, por su parte, especialmente dolido con los comentarios vertidos en múltiples medios sobre esta misión.
"Es bastante doloroso leer las cosas que hay por ahí. Hemos conseguido un vuelo de prueba realmente bueno y se está viendo de forma bastante negativa", sin una exposición real de los hechos, lamentó Nappi en la teleconferencia.
Y repitió lo mismo que dijo Stich: "No estamos atrapados" en la EEI, "la tripulación no corre ningún peligro y no hay un aumento de riesgo cuando decidamos traerla" de regreso a la Tierra.
Hizo una recapitulación positiva de la misión hasta ahora, con un lanzamiento e inserción orbital "realmente perfectos" y todos los objetivos de prueba de vuelo cumplidos.
Opinó Nappi que la prolongación de la estancia en la EEI les ha permitido, además, aprender más sobre lo que es una misión de larga duración, algo imposible si hubieran tenido que regresar a los ocho días.
"Así que estamos atracados" en la EEI y "a salvo", acotó Nappi, quien subrayó que, si fuera necesario, podrían hacer regresar la nave a la Tierra.
Reconoció, sin embargo, que la extensión de la estancia en la EEI se debió a dos anomalías: la desactivación de los propulsores en la aproximación al laboratorio espacial y las fugas de helio, lo que requiere pruebas y más tiempo para su reparación permanente.
De ser exitosa la llamada misión CFT (siglas en inglés de Crew Flight Test) y lograr las certificaciones de la NASA, Boeing se convertirá en el segundo proveedor de vuelos tripulados y de carga a la EEI, tal como ya lo hace la compañía de Elon Musk, SpaceX, en virtud a contratos millonarios con la agencia espacial estadounidense.