Si una persona tiene para comprarse un kilo de pescado y comérselo frito con Valentina y acompañarlo con una Coca de vez en cuando, está bien, para eso trabaja
Jorge A. Amaral
El diputado federal morenista Sergio Gutiérrez Luna y su esposa, Diana Karina Barreras, alias “Dato Protegido” y también diputada pero por el PT, gustan de lucir zapatos, ropa y accesorios con alto costo, todo esto evidenciado por el periodista Jorge García Orozco. A eso se suma un extenuado Andy López Beltrán vacacionando en el lejano Oriente.
En cuanto a la dupla legislativa, García Orozco utilizó las redes sociales para exponer las joyas y la ropa que, según sus investigaciones, no están reportados en las declaraciones patrimoniales, sobre todo de la legisladora, y es que, según el periodista, los artículos de lujo que ha detectado suman hasta el momento 5 millones de pesos de valor.
A decir del comunicador, "se descubrió que el diputado ocultaba ser socio en dos empresas y la diputada no tenía propiedades registradas en Sonora", y por eso le llamó la atención que, en sus redes sociales, ambos legisladores mostraran artículos y lujos que, según lo que encontró, no coinciden con el sueldo que ambos tienen como legisladores. “Para el nivel de cosas que han subido a sus redes sociales tendrían que haber ahorrado específicamente para ese tipo de cosas durante varios años”, indicó García Orozco.
Jorge García, con ayuda de expertos en moda, ha encontrado que la diputada Dato Protegido y su esposo han lucido en sus redes algunos artículos que no son nada baratos. Por ejemplo: un reloj Hublot Big Bang de 377 mil 400 pesos, lentes de sol Maui Jim de 11 mil pesos, un anillo Tiffany T de oro de 29 mil pesos, lentes Gucci aviador de 10 mil 710 pesos, unos tenis Dolce & Gabana Portofino de 18 mil pesos, otro anillo Tiffany de 1 millón 116 mil pesos en conjunto con una argolla Tiffany Harmony de 66 mil pesos, lentes Gucci Cat Eye de 8 mil pesos, una bolsa Hester Van Eeghen de 16 mil pesos, unos zapatos Dolce & Gabana de 18 mil pesos, una chamarra de piel Ferrari de 40 mil pesos, una bolsa Louis Vuitton Ana de 35 mil pesos, unos zapatos Fendi de 12 mil pesos, un anillo Juste de Cartier de 63 mil pesos, un reloj Cartier Santos Dumont de 95 mil pesos, otros lentes de sol Versace de 8 mil 947 pesos, unas zapatillas Casadei Tiffany de 13 mil 720 pesos, un vestido Max and Co de 6 mil 490 pesos, un vestido Desigual de 2 mil 790 pesos, una blusa Valentino de 47 mil 600 pesos.
Pero no para en ellos, porque Andy López Beltrán, hijo de AMLO y secretario de Organización de Morena, en estos días fue captado de vacaciones en Tokio. Al darse a conocer, el junior salió furioso a defenderse mediante una carta en la que dice que él solito pagó su viaje, que voló en aviones comerciales, nada de lujo, y que el hospedaje fue una ganga, porque le salió en 7 mil 500 pesos la noche con desayuno incluido, aunque, según El País, el hotel Okura es uno de los complejos más exclusivos y lujosos de ese destino y su habitación más económica cuesta 17 mil pesos por noche, “de acuerdo con su página web”, cita el diario español.
Si una persona tiene para comprarse un kilo de pescado y comérselo frito con Valentina y acompañarlo con una Coca de vez en cuando, está bien, para eso trabaja, y recordemos que Andy dice en su carta que ha tenido extenuantes jornadas de trabajo, así que bien merecido, campeón, porque además hay que recordar que la austeridad republicana impuesta por AMLO indica que el gobierno no debe hacer gastos superfluos, pero el político sí puede hacerlo. La austeridad republicana marca que no se debe gastar en comidas caras para funcionarios, no que el funcionario deba privarse de ir a un restaurante de lujo siempre y cuando él pague de su bolsa.
Y por eso, si Andy decide darse un descansito en Tokio tras sus extenuantes jornadas de trabajo, si Gutiérrez Luna y su esposa se compran calzones de oro con incrustaciones de diamante, está bien, es su dinero. Ya será la instancia competente, como la Auditoría Superior de la Federación, la que deberá encontrar las inconsistencias en sus declaraciones patrimoniales.
Lo que aquí se critica es la doble moral, porque AMLO se presentaba como un político franciscano pero fue a encerrarse a su rancho, y muchos de sus seguidores repiten como periquitos que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, pero sí puede haber pueblo harapiento con gobernantes acaudalados.
Mientras en Veracruz una maestra jubilada es levantada y asesinada por el crimen organizado por no pagar la cuota; mientras en Los Reyes La Paz, Estado de México, los criminales se llevan a un niño de 5 años de edad porque la mamá les debe mil pesos y al no haber pago lo asesinan; mientras un adulto mayor que abre la puerta de un Oxxo en Morelia es golpeado por un argentino extorsionador que reclama la zona como suya a dos cuadras de las instalaciones de la Policía Morelia; mientras la impunidad y la desigualdad social campean por todos lados, la clase gobernante y política, sin importar colores, sigue dominada por personajes que no tienen ningún empacho en mostrarle su dinero y poder a un pueblo muerto de hambre, sumido en la injusticia, en la violencia y en la precariedad.
Pienso en todo esto mientras leo la carta que Andy mandó a la opinión pública. Repasemos algunos puntos.
“Mis adversarios y los hipócritas conservadores que sólo suelen ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, mandaron a sus espías a fotografiarme y acosarme para así emprender una campaña de linchamiento político impregnada de odio, clasismo y calumnias, tales como que viajé en un avión privado o del ejército y que me hospedé en un hotel de 50 mil pesos por noche, cuando, como he dicho, viajé en aerolíneas comerciales y pagué 7 mil 500 pesos diarios en un hotel, incluido el desayuno”. Lo del costo de la habitación ya lo vimos y hay dos posibilidades: o el hotel se confabuló con los adversarios de Andy y subió las tarifas sólo para hacerlo quedar mal, o Andy miente. Algo hay que reconocerle a la mayoría de la oposición, sobre todo esa bien rancia y formada por gente acomodada: podrán ser racistas y clasistas pero no son hipócritas. Tienen dinero y lo presumen. Ahora, Andy es hijo de un expresidente, ¿qué tan clasista se puede ser con un junior?
Por otro lado, eso de que la oposición mandó espías a seguirlo a Japón… Híjole, no es imposible, pero suena un tanto descabellado. ¿Sus adversarios tienen tanto dinero y poder como él? Hasta parece fuego amigo porque, sí, es hijo de AMLO, fundador y líder espiritual del movimiento, pero él no es AMLO, él es Andy, así que no está exento de envidias y calumnias por parte de aquellos que quieren apropiarse de la 4T para seguir su propia senda política.
“No me extraña la agresividad del hampa del periodismo que es equivalente a la perversidad de la mafia del poder económico y político al que desde hace décadas hemos venido enfrentando, pero sí me importa que la gente que tiene confianza en nosotros no dude de nuestros principios y valores”. Andy aprendió que si se ataca constantemente a la prensa y siempre se le demerita, cuando publica algo desfavorable se tiene una salida: “Miren, ¿ya ven como siempre mienten? Me atacan porque no les conviene que yo esté”.
“No somos iguales, nosotros no somos corruptos y en mi caso desde niño aprendí, posiblemente antes que otros, que el poder es humildad, que la austeridad es un asunto de principios y que se debe vivir en la justa medianía como lo recomendaba el Presidente Juárez”, continúa Andy en su comunicado. Dice haber aprendido que el poder es humildad, pero sus berrinches mediáticos sólo muestran su soberbia. También evoca a Benito Juárez, quien el 2 de julio de 1852 dijo en un discurso: “Los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad…no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrosa medianía que proporciona la retribución que la ley haya señalado”. Y era lo que le decía más arriba: si el político que sea tiene el dinero bien habido para darse sus lujos, está bien, tiene ese derecho, pero que no vengan a criticar a los políticos de la oposición o del pasado por hacer exactamente lo mismo.
Y cierra su rabieta con palabras que deberían escribirse con letras de oro en el Senado de la República: “Siempre valdrá la pena, y no es en vano, pagar una cuota de humillación cuando se lucha por una causa justa y en contra de los opresores del pueblo”. ¡Chingao! ¡Cantinero, sírvele de tu mejor mezcal a ese extenuado hombre!, ¡yo invito! Es cuánto.