Hay que ser agradecidos y reconocer a nuestros mentores, pero Sheinbaum necesita dejar de mencionar a AMLO cada que puede o de veras nos convencerá de que él sigue gobernando este país y ella sólo será una especie de Andrés Manuel 2.0 o AMLO Jr
Jorge A. Amaral
Listo, tras 200 años de vida independiente, México es gobernado por una mujer y ojalá eso traiga la tan ansiada igualdad sustantiva, la justicia para las víctimas de la violencia y la garantía de que las mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos sin ser criminalizadas por eso. El día de la toma de protesta, lo confieso, me emocioné, me sentí conmovido, y hasta Alejandra se sorprendió sabiendo que ni morenista soy. “Es bien fácil –le dije–: tenemos dos hijas y quiero para ellas un país mejor que el actual, y el que ahorita una mujer se esté convirtiendo en presidenta es muy importante”.
Como es habitual en los cambios de gobierno, las felicitaciones de diferentes sectores no se hacen esperar, y así fue que líderes políticos, religiosos y empresariales externaron sus felicitaciones a la presidenta, deseando lo mejor y poniendo énfasis en las deudas que el Estado mexicano aún tiene en diferentes rubros.
Entre quienes felicitaron a Claudia Sheinbaum destacan los expresidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. “Le deseo el mayor de los éxitos a la Doctora Claudia Sheinbaum, primera Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, en la elevada responsabilidad que hoy asume en favor de México”, escribió Peña Nieto en sus redes sociales como una muestra de civilidad política. “Hoy toma posesión como Presidenta Claudia Sheinbaum. Deseo sinceramente que le vaya bien. Que sea auténtica jefa del Estado, y no sólo lideresa de una facción. Que gobierne para todos y comience una etapa de reconciliación, de reconstrucción de instituciones, de respeto al medio medio (sic) ambiente y se fortalezca un Estado democrático y de Derecho en México”, escribió Felipe Calderón, haciendo hincapié en la polarización en que México ha estado sumido los últimos dos sexenios y en la necesidad de superarlo.
Otra felicitación que llegó fue la de Xóchitl Gálvez, quien, sin dejar de lado los reclamos, deseó éxito a la presidenta, en el entendido de que si a un gobierno le va bien es porque está haciendo buen trabajo, y eso nos beneficia a todos. Pero ya ve usted, hay gente a la que el odio, el rencor y el desprecio le carcomen las entrañas y le pudren el alma.
“No, Xóchitl Gálvez, no es correcto desearle éxito a Sheinbaum, porque si le va bien a ella, le irá mal a México. Es irrelevante que sea mujer, lo importante es que no respeta la democracia ni la libertad. Hay que oponernos con decisión y dignidad al continuismo que destruye”, escribió desde lo más recóndito de su oscuro y amargo ser la senadora Lilly Téllez.
Esa publicación en las redes sociales está llena de odio y mentiras: 1) desearle éxito a alguien, aunque sea nuestro adversario, habla de diplomacia y buena educación, hasta de buenos sentimientos, así que es correcto; 2) el buen desempeño y éxito de un gobernante es beneficioso para la sociedad a la que representa; 3) en una sociedad tradicionalmente machista como la mexicana, es ampliamente significativo que sea mujer quien gobierne; 4) si la presidenta no respetara la libertad y la democracia, la senadora ya estaría detenida o exiliada por sus ataques al gobierno (investigue qué les pasa a quienes en China hablan mal del Partido Comunista o de Xi Jinping); 5) lanzar ataques y poner sobrenombres ante el pleno del Senado, así como escribir idioteces en redes sociales no es de una oposición digna y decidida, es más de una mocosa odiosa de secundaria.
La senadora por Sonora, que además llegó a la Cámara Alta con la marejada lopezobradorista de 2018 y luego sacó su ser panista y provida, al reclamarle a Xóchitl Gálvez por el mensaje enviado a la presidenta, se ve como esas mocosas nefastas que en la secundaria le dicen a su amiga de carácter débil “¿por qué le hablas a esa? Si te juntas con ella no me hables a mí”. En primaria y secundaria, aunque suene jodido, es normal, los chamacos están aprendiendo a tejer sus redes de compañerismo y amistad, están aprendiendo a formar parte de una sociedad, pero que una persona de 56 años salga con eso, es patético y ridículo, y si además esa persona es representante popular y vive del erario, es además ignorante, sandio y egoísta, porque representa a esa oposición que es capaz de desear que al gobierno de le vaya como en feria y que haga un pésimo papel con tal de voltear hacia los votantes y decirles “¿ya ven, mensos? Ahora disfruten lo votado”, como están haciendo en este momento cientos de imbéciles que aparentemente hacen su buena acción al mandar víveres a los damnificados de Guerrero pero que en las latas escriben mensajes de burla y reproche por haber votado por Morena. Vaya, es gente despreciable, y como la misma señora Téllez dijo, “es irrelevante que sea mujer”, la estupidez no conoce género, edad, religión, estrato social, escolaridad, raza o etnia, si le toca le toca.
Esa es la oposición que tendrá la presidenta, la misma que, por el ritual en el Zócalo, la acusó de hacer brujería. Esa oposición tiene sus pros y contras: por un lado, aunque con mucha exposición en redes sociales, políticamente no hay mucho que pueda hacer, dada la mayoría legislativa de Morena y aliados y el respaldo mayoritario de la ciudadanía al gobierno federal morenista, pero por otro lado, al tener muchos seguidores en redes sociales o en sus canales de YouTube o muchos espectadores en sus podcast, sí puede abonar a la polarización y que el país siga tan dividido como lo dejó López Obrador, a menos que la presidenta sea más inteligente que el tabasqueño y se mantenga como hasta ahora, sin usar la mañanera como púlpito para predicar y estrado para enjuiciar.
Sólo una cosa me llamó la atención de forma negativa en esta semana: mucho empoderamiento femenino, mucha reivindicación de la mujer y su papel en la historia, mucho interés en combatir la violencia de género y garantizar la igualdad sustantiva, pero López Obrador, un hombre, sigue presente en el discurso de la presidenta. Hay que ser agradecidos y reconocer a nuestros mentores, pero Sheinbaum necesita dejar de mencionar a AMLO cada que puede o de veras nos convencerá de que él sigue gobernando este país y ella sólo será una especie de Andrés Manuel 2.0 o AMLO Jr.
3- Willie Bobo, “Bobo Motion”
Siguiendo con el recuento de los 25 discos para acercarse al latin jazz, en esta entrega tenemos a uno de mis percusionistas favoritos, Willie Bobo, y su disco de 1967 “Bobo Motion”.
Willie Bobo, nacido en el Harlem Español, vivió en su juventud el auge del mambo en Estados Unidos durante la década de los 50, y por ello, desde sus timbales, es de esa generación de músicos que dieron forma a varios géneros musicales nacidos con sangre latina en suelo estadounidense, como el boogaloo, la salsa, el latin soul y el latin jazz. Como parte de esa generación, además de una interesante discografía con su propio grupo, trabajó con otras grandes leyendas de la música latina, como Cal Tjader, Tito Puente, el excelso y magnánimo Mongo Santamaría y mi chamán, Carlos Santana. Además es padre de Eric Bobo, el percusionista de Cypress Hill.
Hablando de “Bobo Motion”, es un disco muy relajado, tranquilo, sin imponentes descargas, pero cargado de una sensualidad tal que seduce de principio a fin, a ratitos con rumba, a veces con sabor a salsa, con una guitarra eléctrica dando finos matices de rock and roll y rhythm and blues, a la vez que los metales le coquetean al soul y las percusiones le hacen honor a la salsa más brava de Nueva York y que sirvió para inspirar a otros percusionistas como Poncho Sánchez o Eguie Castrillo.
Es curioso el modo en que llegué a este disco: siempre me ha gustado mucho “Fried neckbones”, que Santana versionó en su primer disco, y entonces, como una cosa lleva a otra, caí a la versión original de “Evil ways”, que también es original de Willie Bobo y viene en “Bobo Motion”, y de la que Santana, como con tantas otras canciones del género, hizo versión en ese primer disco.
Pero “Bobo Motion” tiene además una versión riquísima de “La bamba”, a ritmo de son cubano pero con una trompeta que impide que se nos olvide que estamos escuchando jazz.
Ya para terminar, retomo las palabras que el periodista especializado en jazz Marc Myers escribió en su blog JazzWax y con las cuales me sentí sumamente identificado: “No hay una mala canción en el álbum, y es imprescindible. Perfecto para sentarse en un automóvil comiendo pollo y arroz amarillo con picante, un tenedor y un cuchillo de plástico, y una botella helada de Royal Crown Cola”. Así de dulce y rico es este disco. Escúchelo en este link: https://acortar.link/EIBW4D. Salud.