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Uruapan está convertida en una de las ciudades más peligrosas del mundo. Según el más reciente estudio de la organización independiente World Population Review, la cual monitorea el nivel de violencia en los países, el municipio que hoy gobierna Ignacio Campos se ubica entre las 20 ciudades del mundo con más asesinatos.

En esa lista negra también aparecen Tijuana, Acapulco, Irapuato y Ciudad Juárez, hablando de las ciudades que se encuentran en México, pero también Caracas, Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar, en Venezuela, así como Natal y Fortaleza, en Brasil, donde los cárteles del narcotráfico y sus lazos de alcance internacional imponen su ley.

Con un proceso electoral en puerta, la situación de inseguridad arde en la segunda ciudad más poblada de Michoacán, después de la capital Morelia, y el escenario hace difícil, casi imposible, ver al morenista repetir como alcalde. El paisaje de inseguridad y su cuestionada capacidad para construir estrategia con los otros niveles de gobierno, avasallan a su extraviada administración.

Todavía el pasado 18 de enero, Uruapan vivió una tarde de terror cuando hombres armados consumaron tres ataques simultáneos contra la cadena de lotes de autos “Barragán”, a los cuales les prendieron fuego. No conformes, los criminales también balearon diversos vehículos que estaban en exhibición para su venta. Paquete completo.

En su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), difundida el pasado miércoles, el INEGI sitúa a Uruapan como el tercer municipio en México donde sus habitantes se sienten más inseguros, solamente por debajo de Fresnillo, Zacatecas, y de Naucalpan, Estado de México. De cada 100 personas entrevistadas en Uruapan, 89.9 por ciento dijo sentirse insegura.

La crisis orilla a Morena a escudriñar todas las cartas posibles para llevar en las boletas un candidato o candidata que esté a la altura del momento político que la situación exige.

En la pasarela suenan diversos nombres, entre ellos el de Marco Trejo, quien después de su paso por el Senado de la República en el año 2021, se dedicó a atender actividades fuera de la escena política. Ahora está de regreso y en pláticas con el partido que hoy domina el mapa nacional con la Presidencia de la República y 22 gubernaturas en su poder, entre ellas Michoacán.

Fuentes al interior de Morena me comentan que el también empresario ‘ha logrado tejer fino’ – como dicen los políticos – para situarse en la ruta del proceso clave para definir la candidatura a presidente municipal de Uruapan.

Lo ven como un perfil que, desde un ala más moderada, podría romper la tensión que ha generado la aspiración estridente del diputado federal Carlos Manzo, en quien advierten una intención de ‘secuestrar’ la candidatura ‘a costa de insultos, sombrerazos, graves acusaciones sin pruebas en todas orientaciones y un discurso incendiario’.

Sin mucho ruido, dicen los consultados, el nombre de Marco Trejo ha sorteado varios obstáculos y ya está en las finales de las mesas políticas, sujeto, claro, a lo que arrojen también las encuestas que manden hacer en Morena y las, para algunos, intimidantes ponderantes.

Para Trejo, aquel discurso que dio desde la Cámara Alta en la víspera de la jornada electoral del 2021, donde varios candidatos fueron asesinados y las masacres subían de tono, podría aplicar a la perfección en la coyuntura actual.

“Levantemos la voz (…) No seamos parte de quienes asedian a la democracia. La violencia, en todas sus expresiones, sólo deslava y debilita al Estado democrático. No permitamos que esta elección pase a la historia por las cifras del terror”, hiló en su lectura hace tres años y, de entonces a este 2024, también en la antesala de las campañas constitucionales, vale la pena la reflexión.

Cintillo

El madruguete de Zambrano abrió más la grieta en el PRD, le echó limón a la herida de lo que queda de sus tribus. Se antoja irreparable la fractura con el silvanismo, lo que, en consecuencia, acelera el camino del partido al despeñadero.