Imelda Tuñón revela los últimos momentos de Julián Figueroa, compartiendo escenas desgarradoras que dejaron una profunda huella en su familia.
Ciudad de México.-Imelda Tuñón compartió por primera vez los momentos más desgarradores que vivió en la casa de Maribel Guardia antes y después del fallecimiento de Julián Figueroa. Con lágrimas en los ojos, relató cómo las imágenes y olores de esos días quedaron grabados en su memoria y la de su hijo, José Julián.
Imelda detalló una noche en la que Julián comenzó a actuar de manera extraña. “Subí al cuarto y dijo que estaba viendo serpientes, serpientes en todas partes. Yo estaba con José Julián viendo películas y él empezó a asustarse mucho. Le dije: ‘¿Sabes qué? Bájate. No estés en el cuarto, lo estás asustando, velo, está llorando porque tú eres su papá, el fuerte, y lo estás asustando’”, explicó en el programa de YouTube Sin Verguenza.
La situación se agravó cuando Julián bajó a la habitación de su prima y repitió lo mismo, preguntando por Imelda y José Julián como si no los hubiera visto antes. “No sé qué le dijo Maribelita, pero él se fue a su cuarto y ya fue lo de hasta el siguiente día…”, añadió Imelda, insinuando la gravedad del incidente.
Con profundo dolor, la joven madre recordó el instante más difícil: entrar al dormitorio de Julián tras la tragedia.
“Yo entré. Sí, sí, pero fue terrible. Sobre todo, el olor es que la gente no se imagina, o sea, el olor es, o sea, no sé. No es como de esos olores como, te digo, café y tú recuerdas el olor a café. Bueno, yo recuerdo ese olor cuando me lo mencionan, entonces es muy feo”, confesó visiblemente afectada.
Al día siguiente, enfrentó el doloroso momento de contarle a José Julián que su padre había fallecido. “Sí, lloró. Se lo dije rápido, lloró, estuve con él, se relajó… Lo perdió a los cinco años y ahora que tiene ocho. Él me habla de su papá como si estuviera aquí. Me dice: ‘A mí nadie me va a derrotar, ni a mí ni a mi papá nos van a derrotar en el videojuego’. Y yo le digo: ‘No, nadie los va a derrotar’. Él es feliz así, está bien”, relató.
Finalmente, Imelda reflexionó sobre la tristeza que siempre acompañó a Julián Figueroa.
“Pero había algo en su corazón, o sea, de verdad tenía una tristeza. Que, aunque estuviera en el mejor momento ya, y que ya no tuviera ese problema, de repente caía, se sentía mal, algo se lo recordaba, algo pasaba en él. Y otra vez necesitaba caer en eso”, concluyó, mostrando la profunda cicatriz que dejó este suceso en su familia.