Los ladrones violentaron el sagrario y robaron el copón que contenía las hostias consagradas.

Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La Arquidiócesis de Morelia dio a conocer que la capilla del Hospital de la Purísima Concepción de la comunidad de San Bartolo Pareo, perteneciente a la parroquia de San Pedro Pareo, fue objeto de saqueo, y denunció “grave sacrilegio”.

A través de un comunicado, el párroco del lugar, presbítero Hugo Ramírez García, detalló que durante el transcurso de ayer viernes 29 de noviembre ocurrió el robo en el recinto religioso, donde “desafortunadamente, entre las cosas que se llevaron, se encuentra un copón que contenía las formas (hostias) consagradas del Cuerpo de Cristo, pues el sagrario fue violentado en su cerradura, cometiendo un grave sacrilegio en contra de Nuestro Señor Jesucristo”.

Los ladrones también se llevaron un equipo de sonido (amplificador y consola) y una pequeña bocina de cuatro que había.

Ramírez García exhortó a los habitantes de la comunidad a estar atentos y reforzar la seguridad de los lugares de culto, “máxime si contamos con la presencia del Santísimo Sacramento”. Asimismo, alertó a otros párrocos por si llegan a ofrecer en venta dio copón.

Finalmente, pidió intensificar la oración de desagravio por quienes cometieron el sacrilegio y por la comunidad, “golpeada en su fe”.

¿CUÁNDO SE COMETE SACRILEGIO EN UN TEMPLO?

De acuerdo con la Iglesia Católica, un sacrilegio en un templo es una ofensa grave contra Dios y la santidad del lugar. Es cualquier acción que profana, desacra o muestra falta de respeto hacia un espacio consagrado al culto divino.

Estos actos se consideran sacrílegos:

  • Profanación de objetos sagrados: Dañar, robar o utilizar de manera inapropiada objetos como el cáliz, el copón, las hostias consagradas, imágenes religiosas, crucifijos, etc.
  • Deshonrar el lugar sagrado: Realizar actos inmorales, irreverentes o violentos dentro del templo. Esto incluye blasfemar, gritar, pelear o cualquier otra acción que perturbe la paz y la solemnidad del lugar.
  • Distraer a otros durante actos religiosos: Hablar en voz alta, utilizar el teléfono móvil, o cualquier otra acción que distraiga a los demás durante una misa, una oración o cualquier otro acto litúrgico.
  • Utilizar el templo para fines no religiosos: Transformar un lugar de culto en un espacio para actividades profanas, como fiestas, reuniones políticas o eventos comerciales.