Morelia, Michoacán
El camino más rápido al corazón de una persona es su estómago. Esta antigua premisa parece concretada en las cazuelas de barro, sobre los anafres ardientes y en los comales, desde los cuales se yerguen, cual caricia para el alma, los olores y los sabores del mole.
Es la Feria del Mole en la tenencia de Santa María, y desde temprana hora las 18 especialistas moleras participantes se afanan en mantener caliente este platillo, echar hartas tortillas de maíz, y enfriar las aguas frescas, amén de alistar el pollo y el guajolote.
Desde el kiosko de la plaza Netzahualcóyotl, autoridades municipales encabezadas por el secretario del Ayuntamiento, Yankel Benítez Silva, se desarrolla la ceremonia inaugural. En torno de la plaza, los paseantes debaten sobre el mole que probarán primero, y si lo acompañarán con aguas o refrescos.
Fueron 183 los comerciantes populares participantes en las fiestas patronales de la Virgen María, que se realizan del 3 al 15 de agosto. De este universo de expositores, 18 son moleras, que se suman a la Feria del Mole, del 13 al 15 de este mes.
En Santa María el mole tiene nombre de mujer. Anel, Socorro, Virginia, Teresa… cada mano, cada tacto, produce un sabor distintivo, que baila entre lo dulce y lo salado, lo picante y lo cálido de las especias.
Nacido como una tradición hace décadas, el mole en Santa María es referente obligado de tradición, pero también de hogar, de familia, de historias contadas al amor del fogón, y arduo trabajo de todos.
Yankel Benítez destacó el apoyo del gobierno de Morelia a las ferias y festivales emblema de la ciudad, y el esfuerzo de vecinos por preservar estos eventos
Por su parte, la secretaria de Fomento Económico, Guadalupe Herrera Calderón, refirió que se espera que sólo la venta del mole deje una derrama económica mayor a los 580 mil pesos.
Pero ajenos a todo, los paseantes recorren uno a uno los anafres de las moleras, para elegir aquel que probarán primero. Piden su platillo, con pollo o guajolote, con arroz rojo y un gran vaso con agua, sin olvidar las tortillas recién salidas del comal.