La feria no solo celebra la música; es también un homenaje al arte de construir guitarras, una tradición que ha pasado de generación en generación, conservando métodos, maderas, formas y secretos que hacen de cada instrumento una pieza única

Yazmin Espinoza 

Desde las primeras horas del 2 de agosto, Paracho dejó de ser solo un punto geográfico en la meseta purépecha y se convirtió, como cada año, en un epicentro sonoro, artesanal y cultural. La Feria Internacional de la Guitarra de Paracho celebró ayer medio siglo de existencia, y lo hizo con la fuerza y el simbolismo que solo puede ofrecer una tradición que ha resistido el paso del tiempo gracias al talento, el trabajo colectivo y la fidelidad de quienes la viven desde dentro.

La jornada inaugural comenzó con un recorrido por las calles del pueblo mágico, engalanadas con papel picado, coloridos puestos de comida tradicional y escaparates donde brillaban las guitarras como si fueran joyas pulidas por el tiempo. Familias enteras se dieron cita en el corazón del municipio, donde la ceremonia de apertura reunió a músicos, autoridades, medios y, sobre todo, a cientos de visitantes que llegaron desde distintos puntos del país e incluso del extranjero.

El Grupo Purhemba inauguró musicalmente el evento, tejiendo sonidos tradicionales con arreglos contemporáneos, en una presentación que no solo emocionó por su calidad, sino por su arraigo. Más tarde, grupos de danza folclórica y bandas sinfónicas tradicionales continuaron con una tarde llena de ritmo, en una celebración que fue tan visual como sonora.

La feria no solo celebra la música; es también un homenaje al arte de construir guitarras, una tradición que ha pasado de generación en generación, conservando métodos, maderas, formas y secretos que hacen de cada instrumento una pieza única. Y es justamente ese oficio el que se honra en el Concurso Nacional de Constructores de Guitarra e Instrumentos de Cuerda, que este año llega a su edición número 50 con una bolsa de premios de 440 mil pesos repartida entre 18 artesanos seleccionados. Las piezas estarán en exhibición y venta durante toda la feria en la Casa de la Cultura.

Otro punto alto de la programación es el Concurso Estatal del Juguete Michoacano y Miniaturas, que celebrará su edición 31 el próximo 9 de agosto. Las creaciones seleccionadas podrán adquirirse desde ahora, convirtiendo a Paracho no solo en un santuario de la música, sino también en una galería viva del arte popular michoacano. A ello se suma una muestra artesanal que reúne a 80 artesanas y artesanos provenientes de 43 localidades, con piezas en alfarería, textil, madera, cobre y más.

Y como toda gran celebración mexicana, la feria es también una gran fiesta del pueblo. Además de las actividades artísticas y culturales, se llevan a cabo encuentros deportivos, concursos de aficionados al canto, exhibiciones de globos de cantoya, y bailes populares en el Teatro del Pueblo. El lema de este año, “Juntos, sociedad y gobierno”, se refleja en cada actividad que une a las familias, los visitantes y los propios artistas.

Por supuesto, la experiencia no estaría completa sin dos de los mayores orgullos de Paracho: su gastronomía y su hospitalidad. La muestra gastronómica ofrece desde uchepos y corundas hasta atoles, carnitas y postres regionales, preparados por cocineras tradicionales que heredan sabores de generaciones pasadas. Cada platillo es una historia, un aroma y una invitación a quedarse un poco más.

Así, lo que se respira en Paracho durante estos días es una atmósfera única: guitarras colgadas en balcones, talleres abiertos al público, clases magistrales de artistas internacionales, niños que aprenden a afinar cuerdas mientras saborean una nieve artesanal, turistas que se detienen a escuchar a un joven tocando un son en plena calle. La feria es eso: una sinfonía viva que atraviesa generaciones, que suena tanto en los escenarios como en los pasillos y que late con la misma intensidad en una guitarra de concierto que en una miniatura hecha con madera de cedro.

La edición número 50 de la Feria Internacional de la Guitarra continúa hasta el 10 de agosto con un programa que incluye conciertos, talleres, presentaciones artísticas y concursos. Es una invitación abierta a vivir Paracho desde dentro, a dejarse envolver por la armonía de un pueblo que canta, crea y celebra desde sus entrañas. Si alguna vez hubo un momento perfecto para visitar este rincón sonoro de Michoacán, es ahora.