Destaca la AMIIF que el recurso destinado en México a este sector es el más bajo entre países afiliados a OCDE

Daire Zúñiga / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Especialistas en salud exhortan al próximo gobierno federal a que se garantice una mejor distribución y mayor asignación en los recursos públicos para la salud en México.

En el marco del Día Mundial de la Salud, la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) convocó a un panel de especialistas, en donde se coincidió en que espera que los candidatos a la presidencia de la República aborden en los próximos días temas de salud y prevención durante entre sus propuestas, pero, principalmente, que sea quien sea quien encabece el próximo gobierno federal lleve a cabo un proceso de financiamiento estratégico para la innovación de medicamentos.

Este domingo, justamente, en el primer debate presidencial, que coincidió con el Día Mundial de la Salud, los candidatos a la presidencia fueron cuestionados sobre el tema del sistema de salud en el país y sus propuestas.

En voz del director ejecutivo de la AMIIF, Larry Rubin, México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con menor inversión gubernamental en salud, con mil 181 dólares per cápita anual, cuando el promedio es de 4 mil 986 dólares per cápita, por lo que el gasto de bolsillo de la población en salud es del 47 por ciento, muy por encima del promedio de la OCDE, que es del 24 por ciento.

El director de la asociación detalló que “el porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) que el gobierno de México invierte en salud es de sólo 2.75 por ciento del PIB, el cual es mucho menor que el 9 por ciento recomendado por la Organización Mundial de la Salud”.

Larry Rubin señaló que la salud debe ser considerada como una inversión y no como un gasto, y ante las próximas elecciones del 2 de junio, hizo un llamado a los aspirantes para que consideren la salud como uno de los principales temas en la agenda para el desarrollo del país, lo que considera requiere de una planeación a largo plazo.

“La brecha de México en materia de inversión para la salud es enorme y debe cerrarse, para beneficio del sistema de salud nacional y la sociedad mexicana”, expresó el director de la AMIIF.

Además, aseguró que la inversión en salud es un importante impulsor en el desarrollo económico, pues de acuerdo con el Retorno de las Inversiones en Salud, en México un dólar invertido directamente en la economía de la salud puede generar 0.8 dólares adicionales dentro de la economía general.

Según el ejecutivo, una correcta inversión en salud podría tener externalidades positivas para la economía, como generar 2.4 millones de empleos en México.

Explicó que desde la asociación, en materia de salud, se tienen algunas propuestas prioritarias como la salubridad con perspectiva de género cambiando paradigmas, la prevención para una salud duradera a través de la vacunación y el diagnóstico y atención oportuna a enfermedades, invertir en investigación y desarrollo, lo que colocaría las bases para un México saludable, el financiamiento estratégico y sostenible para un futuro saludable, y medicamentos y dispositivos médicos e innovadores al alcance de toda la población.

Dichas propuestas requieren de un financiamiento estratégico y sostenible en materia de salud, para lo cual México necesita un incremento progresivo al doble del presupuesto gubernamental en esta materia, lo cual podría acercar a la máxima inversión en América Latina en salud que equivale al 6 por ciento del PIB, explicó el director ejecutivo.

Además, aseguró que los resultados de esta inversión se medirían con beneficios concretos para la salud de los pacientes mexicanos.

El director subrayó la necesidad de que los sectores público y privado trabajen en equipo para fortalecer la oferta de servicios de salud.

De acuerdo con Larry Rubin, la industria de la innovación puede aportar propuestas de valor para colaborar en mecanismos de eficiencia presupuestal y estudios de información con buenas prácticas nacionales e internacionales en materia de financiamiento a la salud para tomadores de decisiones.

Las posibles aportaciones de otros actores del sector privado pueden ser el uso coordinado de la infraestructura de los servicios privados y esquemas de aseguramiento para los diversos niveles de atención en cuidados básicos y especializados.

Por último, Larry Rubin explicó que la inversión en salud promueve una mayor justicia social, brinda estabilidad al sistema de salud, fortalece las capacidades para enfrentar desafíos sanitarios, contribuye a una sociedad más productiva, y refuerza la confianza de la población en las autoridades que priorizan la mejora de la salud pública.