Actualmente, se tienen 8 generaciones que se dedican a la preparación y venta de calaveras de azúcar.
Morelia, Michoacán; a 27 de octubre de 2024.- desde 1847, la familia Jiménez se ha dedicado a la preparación y venta de las calaveras de azúcar, un producto que se ha vuelto tradición en los altares para nuestros fieles difuntos.
Susana Jiménez, de 86 años de edad, lleva más de 60 años dedicándose a realización de este arte, viéndolo como una herencia de sus antepasados más que un trabajo.
“Cuando mi mamá se casó con mi papá mi abuelita paterna ella ya lo hacía, ya lo trabajaba con sus antepasados de mi abuelita, el que quiso de los hijos y de los nietos, el que quiso hacerlo nos enseñó, pero a mí me gustó y yo lo empecé a hacer cuando fallecieron mis papás y para mí ha sido fabuloso haberme enseñado porque viene siendo como una herencia que me dejaron de muchos años”, dijo.
Desde los 10 años, aprendió este trabajo de su mamá, quien entonces vendía en lo que era el Mercado Independencia en la Plaza Valladolid, más conocida como Plaza San Francisco.
Hijos, nietos y bisnietos comienzan a aprender todo el proceso de la preparación y decoración de las calaveras de azúcar, innovando en los detalles y las figuras.
La preparación de las calaveras inicia incluso desde el mes de marzo, para tenerlas listas para esta época de celebraciones por noche de Muertos.
“Nosotros aprovechamos más el calor para que sea el secado y entre más calor haya es más duro, si ay humedad es más frágil el dulce, entonces empezamos desde marzo porque vamos haciendo todo lo blanco, hay tablones donde lo vamos poniendo, tiene su detalle esto, haces la figura, la pones a secar y de ahí empiezas a darle color”.
Brasilia Jiménez, tapien comerciante moreliana, mencionó que lamentablemente la tradición se va perdiendo con el paso de los años, sin embargo, las calaveritas de azúcar sirven para recordar la importancia de esta celebración michoacana.
“Este arte que a mí me fascina, es una terapia les digo, te relaja porque nada más estás ideando que color le queda, que le vas a relatar, como lo vas a hacer”.
La familia Jiménez continua con su tradición que ha pasado de generación en generación.