A pesar de que existen prejuicios frente al estudio de la filosofía, esta disciplina ofrece herramientas indispensables para enfrentar los complejos desafíos de nuestro tiempo y existen numerosas actividades profesionales en las que se puede desempeñar un egresado de la carrera.
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. La Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) invita a todas las personas que tengan inquietud de estudiar esta licenciatura, cuya segunda convocatoria se encuentra abierta hasta el próximo 5 de julio.
Algunas de las materias contenidas en el programa de la licenciatura son Antropología filosófica, Estética, Epistemología, Filosofía de la ciencia, Filosofía del lenguaje, Historia de la filosofía, Filosofía del derecho, Filosofía de la educación, Lógica, Ética y Ontología.
¿Qué prejuicios existen alrededor de la filosofía?
Es muy importante dejar atrás los prejuicios, todavía dominantes, que existen sobre quienes deciden estudiar no sólo Filosofía sino también otras disciplinas estrechamente relacionadas con ella que conforman las llamadas Humanidades e incluso algunas Ciencias Sociales.
Esos prejuicios se refieren, por ejemplo, a los rasgos de personalidad o a las creencias que se adquieren cuando se estudia esta disciplina, como que las personas se vuelven ateas o anarquistas; a la idea de que sólo tiene sentido dedicarse al estudio de las ciencias o a cualquier actividad que se funde en el conocimiento científico, dejando de lado el hecho de que hay muchas preguntas cruciales que no caen bajo el alcance de ellas pero a las que hemos de dar alguna respuesta; y, sobre todo, a las dificultades para obtener empleo que le asegure una remuneración suficiente para atender sus necesidades.
Acorde con la Facultad de Filosofía, entre las actividades profesionales que puede desempeñar un licenciado en filosofía se encuentran: la docencia en distintos niveles educativos; en la rama del periodismo o medios de comunicación; en el diseño de políticas culturales; en los procesos de difusión, corrección o formación de textos académicos o culturales; como funcionarios en la administración estatal.
¿Para qué sirve la filosofía?
La filosofía, a menudo vista como una disciplina abstracta, esotérica y poco útil, tiene una relevancia crucial en las sociedades contemporáneas. Su estudio y cultivo ofrecen herramientas indispensables para enfrentar los complejos desafíos de nuestro tiempo.
En primer lugar, la filosofía promueve el pensamiento crítico. En una era de información abundante y, a veces, confusa e incluso falsa, la capacidad de analizar, cuestionar y evaluar argumentos se vuelve esencial. La filosofía enseña a distinguir entre argumentos sólidos y falacias, a identificar sesgos y a construir razonamientos correctos. Estas habilidades son fundamentales no solo en el ámbito académico, sino también en la vida cotidiana, donde la toma de decisiones informadas y éticas es crucial.
Además, la filosofía fomenta la creatividad y la innovación. Al cuestionar las suposiciones básicas y explorar nuevas posibilidades, los filósofos abren caminos para el progreso en diversas áreas. Muchas ideas revolucionarias en la ciencia, la política y las artes han surgido de una reflexión filosófica profunda. La filosofía, con su insistencia en la reflexión crítica y la apertura mental, puede inspirar soluciones innovadoras a los problemas actuales.
Ante la pobreza, por ejemplo, la filosofía económica y ética puede ayudarnos a entender las raíces estructurales de la desigualdad y a diseñar políticas más justas y equitativas. Reflexiones filosóficas sobre la justicia distributiva y los derechos humanos nos orientan hacia soluciones que respeten la dignidad de todas las personas y promuevan una distribución equitativa de los recursos.
En cuanto a la violencia, la filosofía de la paz y la teoría de la justicia ofrecen marcos conceptuales para entender y reducir los conflictos. Filosofías como la no violencia de Mahatma Gandhi o la teoría de la justicia de John Rawls proporcionan principios para construir sociedades más pacíficas y justas. Además, la ética del cuidado y la empatía, desarrollada por filósofas como Carol Gilligan, nos enseñan la importancia de la solidaridad y la comprensión mutua para superar la violencia en todas sus formas.
El deterioro ecológico, uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo, también encuentra en la filosofía un aliado indispensable. La ética ambiental, desarrollada por pensadores como Arne Næss y Aldo Leopold, nos invita a reconsiderar nuestra relación con la naturaleza. La filosofía nos insta a reconocer el valor intrínseco de todos los seres vivos y a adoptar una actitud de respeto y responsabilidad hacia el medio ambiente. Esta perspectiva es fundamental para desarrollar políticas y prácticas sostenibles que protejan nuestro planeta para las generaciones futuras.
La ética, una rama fundamental de la filosofía, juega un papel central en la formación de personas y sociedades no sólo justas, sino abiertas a conformar un sistema o estructura de cuidados que todos requerimos en algún momento de nuestra vida y del que hemos hecho caso omiso durante mucho tiempo. La reflexión ética ayuda a establecer principios morales que guían las acciones individuales y colectivas en situaciones que nos sorprenden por su novedad y complejidad ante las que debemos tomar decisiones, a veces urgentes, en condiciones de gran incertidumbre. En un mundo globalizado, donde las decisiones locales pueden tener repercusiones globales, la ética filosófica proporciona un marco para abordar cuestiones como la justicia social, los derechos humanos, y la sostenibilidad ambiental.
El estudio de la filosofía también promueve la comprensión intercultural y el diálogo. Las sociedades contemporáneas son cada vez más diversas y multiculturales. La filosofía comparada, que estudia las ideas de diferentes tradiciones culturales, puede facilitar el entendimiento mutuo y el respeto por la diversidad. Al explorar diversas perspectivas filosóficas, las personas pueden encontrar puntos en común y construir puentes entre diferentes culturas y comunidades. Esta es una tarea indispensable en un mundo donde se multiplican los conflictos ante los que parece que el diálogo para resolverlos es simplemente imposible dadas las posturas cerradas, dogmáticas e intransigentes.
Finalmente, la filosofía contribuye al desarrollo personal. Proporciona una oportunidad para la autorreflexión y el crecimiento intelectual. Al enfrentar preguntas fundamentales sobre la existencia, el conocimiento, y el sentido de la vida, los individuos pueden desarrollar una comprensión más profunda de sí mismos y del mundo que los rodea. Este proceso de autoconocimiento es esencial para una vida plena y significativa.
En resumen, el estudio y cultivo de la filosofía son vitales para las sociedades contemporáneas. Al promover el pensamiento crítico, la creatividad, la ética, la comprensión intercultural y el desarrollo personal, la filosofía nos permite plantear nuevas vías para enfrentar de manera valiente y creativa los desafíos graves como la pobreza, la violencia y el deterioro ecológico. Al ofrecer herramientas para el desarrollo del pensamiento crítico en todas las personas que se forman en ella, la justicia, la paz y la sostenibilidad, la filosofía nos guía hacia soluciones más justas, equitativas y duraderas, ayudándonos a construir un futuro más esperanzador para todos.