Los hechos bélicos son imanes que atraen tanto a escritores como directores de cine, pues es en ellos en los que la literatura tiene la capacidad de explorar lo más profundo del ser humano.

Sandra Aguilera

La historia ha sido desde siempre, abordada y reinterpretada desde múltiples lenguajes artísticos, dos de los más influyentes para la cultura contemporánea son sin duda, la literatura y el cine. Ambos, con narrativas y herramientas distintas, han contribuido a moldear la percepción que tenemos del pasado, y que hemos ido construyendo a través de nuestra memoria colectiva; pero ¿Qué ocurre cuando un mismo hecho histórico transita desde el discurso literario hacia la pantalla del cine? ¿Cómo varían las interpretaciones, las emociones y el enfoque con el que repasamos la historia?

En literatura, la novela histórica tiene como una de sus principales características que el escritor no haya vivido en la época que relata, ni haya participado en algún acontecimiento en particular, o conocido de él de manera directa; es decir, a través de sus padres o abuelos y que, su trabajo se base únicamente en la documentación e investigación de fuentes históricas, para recrear un hecho y novelarlo. La literatura nos permite explorar lo que pudo haber sido, filtrando la narración histórica a través de la sensibilidad del escritor; sin que tenga que ser un retrato fiel del pasado, sino un espejo que invite a adentrarnos hacia ese momento y recorrerlo de la mano de los personajes que nos lo cuentan.

Los hechos bélicos son imanes que atraen tanto a escritores como directores de cine, pues es en ellos en los que la literatura tiene la capacidad de explorar lo más profundo del ser humano, su miseria pero también su gloria. En la pantalla, las imágenes se transforman en miedo o furia pero también en lo que más duele y une a través de la solidaridad humana. Un buen ejemplo es la novela histórica Sin novedad en el frente (1929) escrita por Erich Maria Remarque, en la cual narra la vida de Paul Bäumer un joven estudiante alemán quien se alista para combatir en la Primera Guerra Mundial. A través del diálogo interno -la novela pero también la película - nos muestran el enfrentamiento de Paul con sus padres y con sus vecinos una vez que regresa a visitarlos; la confrontación con “el otro”, en este caso, el enemigo ruso, así como el impacto que le provoca ver pasar al general alemán Friedrich, y la disparidad entre su vida y la de sus amigos, los soldados que enfrentan a diario desde las trincheras, los ataques franceses. Esto mismo lo vemos en las imágenes de una de las películas más exitosas de los tiempos recientes, pues Sin novedad en el frente (2022) del director Edward Berger, se convirtió en un éxito de Netflix, ganando cuatro premios Óscar, incluyendo mejor película internacional.

Narrar lo sucedido en la Guerra civil española desde la visión de los republicanos escondiéndose de los fascistas, en la Sierra de Guadarrama, es la historia del escritor y premio Nobel de literatura Ernest Hemingway, quien decidió que el protagonista de esta trama fuera su alter ego, Roberto Jordan, un extranjero involucrado en el combate cuya misión es volar un puente para evitar el avance de las tropas franquistas. Protagonizada en la pantalla grande por Gary Cooper e Ingrid Bergman, Por quien doblan las campanas (1943) muestra la vida de los soldados republicanos participantes de un movimiento que tiene muchas caras, así como intereses ocultos, desilusiones diarias y contradicciones en cada momento, lo que los hace dejarse guiar por un estadounidense que quizás, solo los lleva hacia la muerte.

También las historias íntimas son utilizadas para contar un suceso histórico, pues el amor y el romance son ingredientes centrales tanto en la literatura como en el cine. Agua para elefantes (2006) de Sara Gruen por ejemplo, es una historia de amor que se desarrolla durante la gran depresión estadounidense, con la mirada propia de quienes la sufrieron. La novela se adentra en las emociones, la desesperanza y las relaciones que surgen en personajes que conviven dentro de una compañía circense. Es una mirada íntima hacia el amor por los animales, la supervivencia en un ambiente hostil, así como el sufrimiento e incertidumbre que causó a toda una generación el desplome de los mercados bursátiles en los Estados Unidos, y que desde el cine, se nos muestra acompañado de un espectáculo visual enmarcado en actos de circo, música, vestuario y la ambientación de la época de los treintas.

El cine tiene el poder de impactar a través de lo visual. Como ejemplo, dos películas dan cuenta de cómo la reinterpretación de los hechos y su dramatización, muestran la construcción de una realidad, en la que no cabe el punto neutro ya que todo se ve a través del ojo del director. El documental Diez días que estremecieron al mundo (1919), del periodista estadounidense John Reed en el que hace una crónica visual acerca de lo vivido durante la Revolución Rusa, y El tambor de hojalata (1959), del escritor alemán y premio Nobel Günter Grass, funcionan como memoria política de dos hechos; algunas veces como un grito de denuncia, otras como homenaje a quienes los vivieron.

Al leer un libro o ver una película histórica, más allá del debate sobre su veracidad, son obras que nos conectan con el pasado, nos interpelan como espectadores o lectores y sin duda, nos conmueven. En un mundo que necesita recordar, ayudan a dar solidez a nuestra propia historia.


Espacio Solaris es un espacio de exhibición cinematográfica independiente, alternativo e incluyente ubicado en el corazón de la ciudad de Morelia. También es el hogar del podcast Butaca 39 y de la Muestra de Cortometraje Contemporáneo 5C.

IG. Espaciosolaris
FB. Espacio Solaris