La reciente escalada de tensión entre Gabriel Boric y Nicolás Maduro destaca en el contexto político sudamericano.
Venezuela.-En un giro inesperado en el panorama político de América del Sur, las elecciones venezolanas de 2024 han centrado la atención en el presidente chileno Gabriel Boric y en la tensión con el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Nicolás Maduro y su régimen han agrupado a Boric con figuras como Luis Lacalle Pou, Dina Boluarte y Javier Milei, una comparación que sorprende por la clara orientación izquierdista de Boric, admirador de Salvador Allende y crítico del neoliberalismo.
Esta agrupación surgió tras las críticas de Boric a las recientes elecciones en Venezuela, cuestionadas por la comunidad internacional.
“El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer”, declaró Boric en X el 28 de julio de 2024. “No reconoceremos ningún resultado que no sea verificable”, agregó. Chile se posiciona como uno de los principales destinos de migrantes venezolanos en la región.
La respuesta de Venezuela no se hizo esperar, retirando su personal diplomático de Chile y otros países. Yvan Gil, canciller venezolano, expresó:
“No necesitamos su devaluado reconocimiento”. Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana, también atacó a Boric, tachándolo de “servil” y “sin vergüenza”. Boric replicó: “ni subordinaciones, ni cálculos. Principios.”
“El gobierno de Venezuela anuncia la expulsión de nuestra misión diplomática de su país con una serie de argumentos inverosímiles y demostrando una profunda intolerancia a la divergencia, esencial en una democracia”, escribió Boric en X.
En Venezuela, políticos chilenos de izquierda como la ex candidata a gobernadora Karina Oliva y el diputado PC Boris Barrera, quienes estuvieron como observadores en Caracas, criticaron a Boric.
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Mario Herrera, politólogo de la Universidad de Talca, explicó que las declaraciones de Boric son parte de una estrategia de política exterior para diferenciarse de otros líderes izquierdistas de la región y tienen repercusiones en la política local chilena, especialmente en comunas con alta concentración de migrantes venezolanos, cruciales para las próximas elecciones municipales.
