Morelia, Michoacán
Hay grupos delictivos que operan con impunidad tanto en Guerrero como en Michoacán, lo que se refleja en la situación actual de Chilpancingo y Cotija, considera el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Guillermo Valencia Reyes.
“Quisiera conocer una estrategia clara que vaya más allá de la negación, porque los cárteles del bienestar ahí están y extorsionan a limoneros, aguacateros, comerciantes y asesinan a presidentes municipales”, declaró en una rueda de prensa.
Con motivo del asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, el priista exigió al gobierno federal invesigue a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, pues considera que queda en evidencia su complicidad con los grupos delictivos.
“Se equivoca la presidenta (Claudia Sheinbaum) al decir que el combate al crimen tenga que ver con estrategias del Bienestar, porque los cárteles delictivos del Bienestar no dan abrazos, dan balazos”, criticó.
Aseguró que desde tiempos de la Independencia de México existe un paralelismo entre Guerrero y Michoacán y que la situación en Cotija es una muestra del fracaso de ciertas políticas y de que el gobierno ha dejado desamparados a los presidentes municipales.
“Si para eso quieren que regrese el alcalde, mejor que no regrese, porque para terminar así… Hay una evidente despreocupacion del gobierno, están más precupados por ver si la firma es real o no, de cuando rindió protesta”, señaló.
Cuestionó también la labor de la Fiscalía General del Estado, al asegurar que no ha habido una investigación en torno al secuestro y al posterior asesinato de la anterior presidenta municipal, Yolanda Sánchez, o de si éstos estuvieron relacionados.
“Si hubieran arapado a los secuestradores de la alcaldesa, a lo mejor no habría pasado eso y hoy tendríamos alcalde en Cotija”, dijo.
Lamentó que se haya retirado los escoltas a varios alcaldes del PRI,aunque firmaron el pacto de seguridad y a pesar de que han denunciado que existen amenazas en su contra y que peligra su seguridad, pues “los presidentes municipales son el eslabón más débil”.
“Si los alcaldes se tienen que sentar con los grupos delictivos para pactar su vida, que lo digan mejor, porque los están dejando solos”, insistió.