¿Qué requisitos se deben cumplir para que un recinto religioso se eleve a santuario diocesano y qué implica serlo? Aquí te lo decimos.
Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán
Morelia Michoacán. Aunque a ya era reconocido como Santuario Guadalupano local el templo de San Diego en Morelia, sin que haya un documento oficial para esta designación, el próximo 11 de diciembre será elevado a Santuario Diocesano, por decreto del arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, dio a conocer este viernes el sacerdote Fray Javier Gordillo Arellano, de la orden de los franciscanos.
El guardián del templo explicó que desde hace tiempo ya se cumplía con todos los requisitos para elevarlo a este rango, sin embargo, no se había gestionado el trámite hasta este año que se solicitó.
“Es curioso que este recinto tan importante no se haya elevado, no había documento oficial y se pidió al señor arzobispo, por derecho canónico”, señaló.
Los requisitos, según explicó, son:
- - Confesiones en todas las celebraciones
- - Peregrinaciones
- - Afluencia de peregrinos todo el año
- - Dignidad y belleza del lugar
- - Asistencia espiritual a feligreses
- - Promoción y difusión del Santuario
El religioso dijo que ya se entra al catálogo de santuarios, lo que permite mayor difusión nacional e internacional.
Agregó que el 11 de diciembre, a las 19:00 horas, se celebrará el nombramiento junto a autoridades municipales.
En Michoacán son 12 santuarios reconocidos como tal, y en Morelia está ya catalogado el Niño del Santo Niño de la Salud y ahora el de la Virgen de Guadalupe.
¿Qué implica ser un santuario diocesano?
Un santuario diocesano goza de ciertos privilegios y responsabilidades. Entre ellos se encuentran:
- Mayor solemnidad en las celebraciones litúrgicas: Se pueden conceder indulgencias y otras gracias espirituales a los peregrinos.
- Fomento de la piedad popular: El santuario se convierte en un centro de referencia para la vida espiritual de la diócesis y atrae a un mayor número de fieles.
- Mayor responsabilidad pastoral: El santuario debe ofrecer una atención pastoral más especializada, como dirección espiritual, confesiones y retiros.