La ruleta sigue siendo uno de los juegos más destacados del mundo del casino, ahora ya consolidado en el campo virtual. Esta práctica originada hace siglos ha conseguido llegar a nuestros días, pero no de la misma manera en la que se llevaba a cabo en tiempos pasados. Y es que, en la actualidad, tiene mucho peso la tecnología y las últimas novedades, tanto a nivel de resultados como de desarrollo de la propia experiencia. A continuación, repasaremos los cambios más evidentes que ha vivido este pasatiempo, poniendo el foco en diferentes aspectos como sus variantes, las estrategias o el sistema de premios.
Resultado y estrategia
Los avances tecnológicos están muy presentes en las distintas modalidades más populares de la ruleta online, como aquellas que apuestan por la emisión en tiempo real o las que proporcionan variantes variopintas y alejadas de las más clásicas. En la mayoría de los casos digitalizados se usa lo que se conoce como sistema RNG, traducido como generador de números aleatorios, que garantiza que cada lanzamiento sea aleatorio y no tiene por qué guardar relación con el resultado que ha salido anteriormente. De este modo, la experiencia es única e irrepetible en cada momento, sin tener en cuenta el pasado.
Uno de los compañeros habituales de este juego siempre han sido las estrategias para obtener recompensas, entre las que aún destacan la Martingala o la Fibonacci. Con la irrupción del big data y la inteligencia artificial, ahora con un uso regulado en algunas partes del mundo, han aparecido nuevos sistemas. Estos se basan en algoritmos que analizan patrones y hacen una predicción, modelos que simulan todas las jugadas posibles o identificadores de tendencias según las últimas rondas. Pero ninguno de ellos asegura al 100% hacerse con premios y minimizar por completo el riesgo, pues sigue siendo un pasatiempo que se centra en el azar.
Una mecánica diferente
En los salones físicos de tiempos anteriores, era habitual encontrar, como máximo, tres variantes de la pequeña rueda: la americana, la europea o la francesa. Tras el salto a las pantallas, las modalidades de la ruleta ya no se limitan a este trío, sino que las opciones se han ampliado a muchas más. Existen modalidades realmente rompedoras, con ambientaciones y mecánicas originales, como la ruleta con más de una bola o con un número de casillas diferentes de las 36 a las que los aficionados están habituados. Todo ello hace que el retorno sea diferente al que uno puede estar más acostumbrado con las apuestas internas o externas.
Vinculado con esta proliferación de opciones, es de especial mención la indudable apuesta por los contenidos en tiempo real, algo que se ha puesto muy de moda debido a las redes sociales y al consumo de audiovisuales por internet. Al elegir cualquier título con la etiqueta ‘en vivo’ hace que el usuario conecte con la imagen de un plató donde destaca un crupier. Este tiene la función de personalizar la experiencia, dotándola de ritmo e interactuando cuando sea oportuno con los diferentes usuarios. En definitiva, no deja de ser una forma de aprovechar las tecnologías contemporáneas para ofrecer una vivencia que recuerde al pasado.
Todas estas nuevas modalidades, junto con la migración de las tres clásicas al campo virtual, han hecho que hayan aparecido nuevos tipos de apuestas. Aparte de las internas y externas, el abanico se ha ampliado para tener más opciones de premio. Al mismo tiempo, la mayoría de títulos online contemplan bonificaciones y minijuegos que permiten obtener recompensas extra a las de la ruleta de hace algunos años. Por ejemplo, hay posibilidades de hacerse con multiplicadores de ganancias o de acceder a algunos jackpots, botes progresivos que no paran de crecer hasta que alguno de los jugadores se hace con ellos.