Transformando

El miércoles 4 de septiembre de 2024, en la madrugada, mientras la mayoría de los mexicanos dormíamos, la mayoría de Morena y sus aliados aprobaron, en lo general, la Reforma del Poder Judicial. Una reforma que ha sido muy cuestionada, sobre todo, por quitar la experiencia como requisito a los juzgadores que serán electos por la vía popular.

Por supuesto, todo mundo tiene derecho a aspirar a un trabajo, sin embargo, también todos los mexicanos tenemos el derecho a tener al mejor juzgador revisando nuestros casos. He sostenido, públicamente, que la justicia no es un tema de popularidad ni tampoco de clases sociales, que, para aspirar a la mejor impartición de justicia, debemos tener a la gente más capacitada al frente.

Si bien, puedo coincidir con los dichos de López Obrador, de que la justicia en México es para la élite, también debo decir que es un análisis simplista, en México la gente que tiene los recursos necesarios, puede contratar un abogado privado y de esa forma acceder a una justicia pronta y expedita. Sin embargo, lo anterior no es culpa de las clases sociales, es responsabilidad del abandono al Poder Judicial, ya que al día de hoy deberíamos tener 61 juzgadores por cada 100,000 habitantes y tan solo tenemos 4.1, lo que provoca que no existan los abogados de oficio, que puedan garantizar la aplicación de la justicia para todos los mexicanos, todo mundo tiene derecho a que el estado les proporcione un abogado, pero si no los hay, entonces la justicia ni es pronta ni expedita y muchas veces, tampoco justa.

Esta reforma judicial no mejora la cantidad de juzgadores o abogados de oficio, a contario, abre la puerta para el “patrocinio” de candidatos a jueces, magistrados y en algunos casos ministerios públicos, que además podrían ser populares y no capaces. Además de esta reforma al Poder Judicial, los legisladores de Morena y aliados, también nos mostraron que no van a titubear en ejercer la mayoría que les dio el tribunal electoral y que con eso van a modificar a su antojo la Constitución para convertir a México en un país diferente al que conocemos.

Hay mucho nerviosismo en diferentes sectores de la población y en algunos socios comerciales, por lo que pasó, pero sobre todo por lo que viene. Siguen los organismos autónomos, que seguro son perfectibles, pero que han sido avance en nuestra democracia, al tener un contrapeso que pueda observar el actuar del gobierno, que puede exigirle al gobierno rendición de cuentas. Lo que se alcanza a ver, es que estos organismos también desaparecerán y la ejecución de las actividades de revisión del mismo gobierno quedarán dentro de alguna secretaría, lo cual de inmediato hace dudar de su imparcialidad.

POSDATA:

​“…4 de septiembre de 2024, sin duda un día que quedará marcado en nuestra vida…”

¡Es tiempo de los ciudadanos!!! ….. Mayoriteados ¡!!

Abelardo Pérez Estrada
Empresario, Analista, Expresidente CANACINTRA