Explorando la antigüedad y variabilidad del Fenómeno El Niño en el océano Pacífico.
El Fenómeno El Niño, conocido por ser una vasta área de aguas cálidas en el océano Pacífico tropical, tiene un impacto significativo en los patrones climáticos globales y es más antiguo que su propia zona de ocurrencia.
Investigadores de la Universidad de Duke, junto con colegas, han descubierto mediante modelos de estudio que la alternancia entre El Niño y La Niña, su contraparte fría, data de hace al menos 250 millones de años, con eventos de mayor magnitud que los actuales.
Los estudios indican que estas variaciones climáticas eran más extremas en el pasado y persistían incluso con una configuración continental distinta a la actual, según se reporta en la publicación de PNAS.
“En cada experimento, vemos una oscilación del sur de El Niño activa, y casi siempre es más fuerte que lo que tenemos ahora, algunos mucho más fuertes, algunos ligeramente más fuertes”, expresó Shineng Hu, profesor asistente de dinámica climática en la Escuela Nicholas de Medio Ambiente de la Universidad de Duke.
Fenómeno de El Niño
El Niño, que se forma en el este del ecuador del Pacífico, puede alterar la corriente en chorro, secando el noroeste de EE. UU. mientras provoca lluvias intensas en el suroeste. La Niña, por otro lado, desplaza la corriente en chorro hacia el norte, afectando la sequía en el suroeste de EE. UU. y en África Oriental, e intensificando la temporada de monzones en Asia del Sur.
Para este estudio, los investigadores emplearon herramientas de modelado climático similares a las usadas por el IPCC, pero analizando el clima pasado en lugar del futuro. Debido a la complejidad del modelado, se realizaron simulaciones en intervalos de 10 millones de años, abarcando 26 periodos.
“Los experimentos del modelo fueron influenciados por diferentes condiciones de contorno, como una distribución diferente de tierra y mar (con los continentes en diferentes lugares), diferente radiación solar, diferente CO2”, comentó Hu. Cada simulación requería miles de años modelo para resultados confiables y tomaba meses en completarse.
En el periodo Mezozoico, hace 250 millones de años, América del Sur formaba parte del supercontinente Pangea y la oscilación ocurría en el océano Pantalásico, al oeste.
“En el pasado, la radiación solar que llegaba a la Tierra era aproximadamente un 2% menor que en la actualidad, pero el CO2 que calienta el planeta era mucho más abundante, lo que hacía que la atmósfera y los océanos fueran mucho más cálidos que en la actualidad”, añadió Hu.
“El estudio muestra que las dos variables más importantes en la magnitud de la oscilación históricamente parecen ser la estructura térmica del océano y el ‘ruido atmosférico’ de los vientos superficiales del océano”, explicó Xiang Li, posdoctorado en Duke y primer autor del estudio.
Los hallazgos sugieren que, además de las temperaturas oceánicas, los vientos superficiales juegan un rol crucial en la dinámica de El Niño, según Hu.
“Por lo tanto, parte del objetivo de nuestro estudio es que, además de la estructura térmica del océano, también debemos prestar atención al ruido atmosférico y comprender cómo van a cambiar esos vientos”.