» Quizá por ser la primera mujer en atreverse a romper con los grilletes que encadenaban nuestras manos y pies, por ser la primera en hacerlo, han hecho toda esta controversia en torno a mí” Forugh Farrokhzad

Yasamin Samiei Vela colaboradora de La Voz de Michoacán

La escritura me permite aterrizar cuando mi mente se encuentra en una vorágine de emociones incontrolables que, muchas veces me paralizan. En cuanto suelto las palabras, comienzo a liberarme de aquellas ideas tortuosas y, pausadamente, llega la claridad. También llega el autoconocimiento y la capacidad de crear realidades que mi ser anhela. Las letras son mis secretos guardados entre páginas, tan sólo visibles en mis propios mundos.

Forugh Farrokhzad escribió y reveló sus secretos al mundo. En sus palabras y en su vida existió una devoción profunda por compartir honestamente, por hablar su verdad sin juzgar ni moralizar a la cultura iraní, saturada de muros, velos y máscaras. Para ella, la poesía era el medio que le permitía comprender su ser, llegar a la autorrealización.

Forugh nació en Teherán, Irán, en 1935 y murió en un accidente automovilístico en 1967, a sus 32 años. Su muerte fue considerada una tragedia nacional. La revista literaria más influyente de la época, Sokhan, escribió después de su muerte: “Forugh probablemente es la primera escritora en la literatura persa capaz de expresar las emociones y sentimientos románticos del género femenino, a través de versos francos y elegantes. Ha inaugurado un nuevo capítulo en la historia de la poesía persa”.

Simbolizó el espíritu de rebelión contra la sociedad iraní que, detrás de una aparente occidentalización, seguía profundamente ligada a los dictámenes religiosos y morales de una cultura patriarcal. En 1979, se derrocó a la monarquía y se creó la República Islámica de Irán, que censuró toda la obra de Forugh. Años más tarde, la prohibición de sus obras provocó curiosidad y fascinación en las generaciones más jóvenes que encontraron en su poesía a un icono artístico, iconoclasta que hablaba sobre la liberación sexual.

A los dieciséis años, Forugh, se enamoró de un pariente lejano llamado Parviz Shapour, quince años mayor que ella. A pesar de la resistencia de su familia, se casaron en una ceremonia simple, aun cuando para los iraníes el casamiento es un evento que se celebra con gloria y distinción. Un año después, tuvieron a su hijo Kamyar.

Al cumplir veinte años, Forugh se presentó ante el editor Moshiri de la prestigiosa revista Roshanfekr en Teherán, para mostrarle sus poemas y pedirle que los publicara. Asombrado al leer su primer poema llamado Pecado, decidió presentarlo ante el comité de la revista. El editor mostró preocupación por la reacción de sus lectores y el prestigio de la revista. El comité aceptó publicarlo. Se desencadenó el escándalo.

¿Qué fue lo que provocó esta conmoción? El poema comienza con, Yo he pecado y fue un pecado lleno de placer”, una declaración insólita en una cultura que no permitía escribir autobiografías y mucho menos por mujeres. Algo misterioso había sucedido: quizá por primera vez en Irán, una mujer escritora compartía su despertar sexual, el descubrimiento del placer originado en un encuentro con un hombre que no era su esposo. Sus palabras eran sinceras e insinuantes. Tocó un tema tabú y, al mismo tiempo, suscitó la libertad de expresión. Había cometido un pecado, sí, pero no se arrepentía; existía confusión en ella, pero tenía más fuerza la revelación que se le presentaba ante el placer nunca antes experimentado. La publicación de este poema implicó una gran tragedia en su vida que le causó un gran daño por el resto de su vida: Parviz le quitó la custodia de su hijo. Además, se le prohibió volver a verlo.

Fuentes consultadas:

Forugh Farrokhzad “Poet of Modern Iran” Iconic woman and feminine pioneer of new persian poetry. Dominic Parvix Brookshaw & Nasrin Rahimieh.

Forough Farrokhzad´s Biography and Unpublished Letters. Library of congress lecture 2016.


Yasamin Samiei Vela nació en Erlangen, Alemania, de padre iraní y madre mexicana. Estudió las carreras de Historia del Arte y Ciencias de la Comunicación en Viena, Austria. Imparte talleres de fermentos, tiene un amor profundo por la escritura y es co-fundadora del café cultural Flor y Canto en Morelia.