Tarímbaro, Michoacán

Más de 57 años vendiendo pulque le respaldan. Sabe raspar magueyes para sacar aguamiel y crear pulque, al que le atribuye propiedades medicinales, de fertilidad, y hasta proteínicas. Ella es Catalina Cuevas Cervantes, “Doña Cata” como le conocen en Tarímbaro, localidad famosa por producir uno de los mejores pulques de Michoacán.

Doña Cata abrió las puertas de su casa y su pulquería a Primera Plana MX. Entre carcajadas evoca el pasado. No recuerda, a ciencia cierta, cuántos años lleva vendiendo pulque.

“La verdad ya ni sé cuántos años llevo vendiendo pulque, yo decía que eran 51 años, pero yo creo que son más. Yo estaba joven, cuando empecé, tenía 22 años y ahora tengo 79”, comenta Doña Cata con una sonrisa nostálgica.

Desde joven, se vio inmersa en el mundo del pulque, acompañada por su esposo en la ardua tarea de raspar los magueyes tres veces al día, una práctica que ha cambiado con el tiempo. “Antes sí era buen pulque, porque yo iba, y mi marido también, tres veces al día, ahora si bien nos va, solamente vamos dos”, rememora.

El secreto para hacer un buen pulque, explicó Doña Cata, radica en el método de raspar los magueyes. La dedicación y el conocimiento profundo del maguey y su cuidado son esenciales. Sin embargo, plagas y la falta de apoyo gubernamental han mermado la cantidad y calidad de los magueyes. “La plaga los acabó… pedimos apoyo al presidente municipal que se murió (Baltazar Gaona) y nunca nos apoyó”, lamenta.

A pesar de los desafíos, Doña Cata continúa con su labor. Mientras se realizaba la entrevista, sus clientes entraban y salían, se llevaban uno, dos, tres litros de la bebida dionisíaca, “para irse sonrientes a trabajar”, resaltaba risueña.

Con añoranza, Doña Cata recuerda los tiempos de antaño, hace 50 años recorría las rancherías a pie para ir por el aguamiel. La vida de Doña Cata ha sido una mezcla de trabajo duro y amor por su familia. “Me levantaba temprano, iba al aguamiel, llegaba a hacer de almorzar, mandar chiquillos a la escuela. Era una cosa bien rápida mi vida”, cuenta mientras sus ojos brillan al recordar.

El pulque, más allá de ser una bebida tradicional, tiene múltiples propiedades beneficiosas. Doña Cata ha visto de primera mano cómo ayuda a combatir la anemia y otros males.

“Unas sobrinas mías abortaron y estaban feas, amarillas…. En nueve días de tomar pulque en las mañanas, se compusieron”, asegura. La fertilidad es otra de las bondades atribuidas al pulque. “Da mucha fertilidad. Antes del año, otro chiquillo y otro año, y otro chiquillo”, dice entre risas.

Doña Cata ha sido testigo del cambio en la producción y venta del pulque y de la evolución de su comunidad y familia. “Aquí ya no hay magueyes grandes”, dice con resignación, pero con la esperanza de que las futuras generaciones mantengan viva esta tradición. Su hijo ha tomado la batuta, aunque los tiempos y métodos han cambiado.

La historia de Doña Cata es un ejemplo de perseverancia y amor por el pulque. Es la reina del pulque de Tarímbaro, con sus casi 80 años de edad, se muestra agradecida, porque gracias a la bebida espirituosa, logró gozar de buena salud en su juventud, edad madura y su vejez.