Belleza arquitectónica, cultura, gastronomía, artesanías y paisajes ofrecen los 10 Pueblos Mágicos que tiene Michoacán.
Redacción / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. En agosto de 2020, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador decretó que el 5 de octubre de cada año se celebre el Día Nacional de los Pueblos Mágicos para reconocer la singularidad y la identidad de estos destinos turísticos en México.
Michoacán es el cuarto estado del país con más Pueblos Mágicos, pues cuenta con 10 de ellos: Angangueo, Cuitzeo, Jiquilpan, Paracho, Pátzcuaro, Santa Clara del Cobre, Tacámbaro, Tlalpujahua, Tzintzuntzan, y el más reciente, Cotija.
El programa fue creado en 2001, concebido como una estrategia para el desarrollo turístico, orientada a diversificar la oferta en las diferentes regiones del país y basada fundamentalmente en los atributos históricos y culturales de las localidades. A la fecha, existen 121 pueblos que ostentan esta denominación.
A más de veinte años de su puesta en marcha, la marca “Pueblos Mágicos” se posicionó en la preferencia de los turistas nacionales gracias al importante esfuerzo de los ciudadanos y autoridades locales.
El programa busca también visibilizar estas localidades que, a través del tiempo, han mantenido vivas sus tradiciones y cultura, así como fomentar el desarrollo turístico en pueblos que poseen un patrimonio cultural significativo. Esta iniciativa ha servido para impulsar la economía local, generar empleo y preservar la identidad cultural.
Desde su creación, los Pueblos Mágicos han atraído a turistas nacionales e internacionales, convirtiéndose en destinos ideales para quienes buscan experiencias auténticas y enriquecedoras. La inclusión de un pueblo en este programa no solo realza su atractivo turístico, sino que también promueve la conservación de sus tradiciones y la mejora de su infraestructura.
La importancia de los Pueblos Mágicos en el ámbito turístico es innegable. Según la Secretaría de Turismo, estos pueblos reciben millones de visitantes al año, lo que impacta positivamente en la economía local. Se estima que cada visitante gasta, en promedio, entre $800 y $1,500 pesos diarios, beneficiando a negocios como restaurantes, tiendas de artesanías y hospedajes. Además, el reconocimiento como Pueblo Mágico ha facilitado el acceso a recursos para proyectos de infraestructura y promoción turística.
Los 10 Pueblos Mágicos de Michoacán
Pátzcuaro
Ubicado a orillas del lago del mismo nombre, Pátzcuaro es un centro cultural purépecha que destaca por su arquitectura colonial y sus tradiciones. Entre sus principales atractivos se encuentra la Isla de Janitzio, donde se celebra el Día de Muertos con impresionantes rituales. Su gastronomía, rica en platillos como los uchepos y las carnitas, atrae a miles de visitantes cada año.
Tzintzuntzan
Antigua capital del imperio purépecha, Tzintzuntzan es famoso por sus yácatas, estructuras ceremoniales que son testigos de la historia prehispánica. Su mercado, lleno de artesanías y productos locales, ofrece una experiencia auténtica para los turistas. Además, la celebración de la Noche de Muertos aquí es un evento de gran relevancia cultural.
Morelia
La capital del estado, Morelia, es Patrimonio de la Humanidad y destaca por su impresionante centro histórico de cantera rosa. Los visitantes pueden disfrutar de su catedral, museos, y la famosa comida moreliana, que incluye platillos como las carnitas y el atole. Morelia también es sede de festivales culturales que atraen a miles de turistas cada año.
Cuitzeo
Este pueblo, situado junto a la laguna de Cuitzeo, es conocido por su convento franciscano, un edificio histórico que data del siglo XVI. Ideal para el ecoturismo, el área ofrece oportunidades para paseos en kayak y exploración de la biodiversidad de la laguna. La tranquilidad del lugar y su belleza natural lo convierten en un destino perfecto para escapar del bullicio urbano.
Jiquilpan
Famoso por sus aguas termales, Jiquilpan es un destino ideal para quienes buscan relajación y bienestar. Su celebración del Día de Muertos es particularmente vibrante, donde se decoran altares y ofrendas. Además, el pueblo ofrece tradiciones gastronómicas que incluyen dulces típicos y platillos regionales.
Tlalpujahua
Reconocido como el "pueblo de las esferas", Tlalpujahua es famoso por su producción de adornos navideños. Su belleza natural, rodeada de montañas, ofrece múltiples actividades al aire libre, como senderismo y observación de fauna. Los visitantes también pueden explorar la historia minera del lugar en sus museos.
Santa Clara del Cobre
Conocido por su tradición en la elaboración de utensilios de cobre, este pueblo mágico ofrece talleres donde los visitantes pueden aprender sobre el proceso de producción. El Festival del Cobre, que se celebra en octubre, es una vitrina de la cultura local y un atractivo turístico que atrae a visitantes de todas partes.
Angangueo
Famoso por ser el hogar de la mariposa monarca, Angangueo se ha convertido en un destino clave para el ecoturismo. El Santuario de la Mariposa Monarca es uno de sus principales atractivos, donde se pueden observar millones de mariposas en su hábitat. Además, su entorno montañoso es ideal para el senderismo y la exploración de la naturaleza.
Uruapan
Conocido por su parque nacional y su producción de aguacate, Uruapan es un lugar lleno de vida. La cocina urupense es rica y variada, destacando platillos como los uchepos. Su parque, que alberga una de las cascadas más impresionantes del país, es un punto de encuentro para los amantes de la naturaleza.
Zitácuaro
Rodeado de un entorno montañoso, Zitácuaro tiene un fuerte legado histórico, relacionado con la Revolución Mexicana. La ciudad es famosa por su gastronomía y sus paisajes naturales, que incluyen la Reserva de la Mariposa Monarca, un atractivo que contribuye al turismo en la región.
El Día Nacional de los Pueblos Mágicos no solo es una celebración de la diversidad cultural de México, sino también un recordatorio de la importancia de preservar y promover estas localidades. Michoacán, con sus diez pueblos mágicos, se erige como un ejemplo de cómo el turismo puede ser una herramienta de desarrollo económico y cultural. A medida que más personas descubren estas joyas, se reafirma el compromiso de mantener vivas sus tradiciones y su identidad, asegurando que las futuras generaciones también puedan disfrutar de su belleza y riqueza.