Lupita fue diagnosticada con cáncer de mama y en el proceso perdió su cabello y su seno derecho.

Morelia, Michoacán; a 21 de octubre de 2024.- María Guadalupe Gil Vázquez, es una sobreviviente de cáncer de mama, quien a sus 54 años de edad fue diagnosticada con esta enfermedad.

Hace tres años, Lupita fue diagnosticada de forma oportuna, sin embargo, durante el proceso perdió su cabello a causa de las quimioterapias y le fue quitado su seno derecho.

“A mí me brotó una bolita en mi seno derecho, esa bolita que, ahorita tengo 57 años, cuando tenía la edad de 25 años tuve es abulta y era un quiste de grasa, fui atendida en oncología, me dijeron que posteriormente cuando me brotara más y viera algo diferente tenía que acudir”.

En su entonces trabajo, cada año acudían unidades médicas para realzar mastografías a las trabajadoras, donde ella mantenía monitoreado este quiste.

“Para ese tiempo empezamos con lo del covid y llevan a los almacenes llevan la unidad, nos hacen la revisión periódica, de toma de azúcar, unos hacen la mastografía y nos hacen papanicolau, fue el primer año que no me la hice y fue cuando me brotó”.

Su médico de cabecera le explicó la posibilidad de tener cáncer de mama, por lo que ella inició con estudios y posteriormente con los tratamientos de quimioterapia.

“Primo tuve quimioterapias, posteriormente me operaron y despume socio yo comiencé con el cáncer en 40 pro ciento, el médico oncólogo me comentó, ya nada más pro no dejar me van a mandar a hacer un estudio de lo que le sacamos y ya tenía el 60 por ciento, por eso me mató a hacer las 17 radiaciones”.

Durante su proceso el primer año, María Guadalupe perdió todo su cabello, lo que fue un gran golpe para su autoestima.

“Fue bastante difícil, porque es algo que es parte de ti, recuerdo que cuando totalmente se me cayó el cabello yo estaba en mi casa y mi hija entró al cuarto y empezó a llorar, pues ya todo mi cabello estaba en la almohada, yo tendí el cabello grande y me lo pintaba de color rojo, pero es muy difícil y cuando me operaron aún más difícil”.

Ahora, tres años después, Lupita sigue viendo su cabello crecer, y aunque ya no tenga uno de sus senos, ha buscado ver la vida de otra forma, apoyando a mujeres que comienzan con este proceso, alentándolas a seguir adelante con fe y esperanza.