Con respecto al sujeto B, el joven declaró que la actividad sexual comenzó cuando tenía 15 años, solo con besos. Cuando tenía 16 empezaron a mantener relaciones sexuales, mientras él aún era su alumno.

Agencias / La Voz de Michoacán

Una profesora de matemáticas fue declarada culpable de mantener relaciones sexuales con dos de sus alumnos de la escuela secundaria.

Rebecca Joynes, de 30 años, ya estaba suspendida de su puesto en el instituto y se encontraba en libertad bajo fianza tras mantener relaciones sexuales con el sujeto A, de 15 años. Luego, inició una relación sexual con el otro adolescente, el sujeto B, del que más tarde quedó embarazada.

La mujer mantuvo relaciones sexuales sin protección con el sujeto B, argumentando que no podía quedar embarazada. Sin embargo, al final de la relación, lo sorprendió con una prenda para bebé que decía “el mejor papá”, lo que dejó al joven muy impactado.

Mientras los adolescentes la describían como una mujer “muy bonita” y con una dulce voz, Joynes cerró los ojos e hizo una mueca. No obstante, comenzó a temblar y a ponerse nerviosa cuando el presidente del jurado leyó el veredicto de culpabilidad el viernes, tras un juicio que duró dos semanas.

Con respecto al sujeto A, ella le dio todos los dígitos de su número de teléfono menos uno y, como parte de un ejercicio matemático, él tuvo que averiguar el último dígito.

A continuación, se contactaron a través de Snapchat y él le envió mensajes con un tono sugerente en los que acordaron verse en secreto. Después lo llevó a un centro comercial y le compró un cinturón de la marca Gucci que costaba USD 444, y regresaron al departamento de la mujer, ubicado en la zona de Salford Quays, donde él dijo que habían mantenido relaciones sexuales. La policía encontró luego restos de su semen en las sábanas de ella.

Con respecto al sujeto B, el joven declaró que la actividad sexual comenzó cuando tenía 15 años, solo con besos. Cuando tenía 16 empezaron a mantener relaciones sexuales, mientras él aún era su alumno.

Joynes confesó que sufrió un “colapso emocional” tras ser suspendida de su trabajo a raíz de la investigación policial sobre su relación con el sujeto A, y, por esa razón, se había trasladado a la casa de sus padres en el distrito de Wirral.

La mujer no se sentía bien anímicamente cuando el sujeto B le envió un mensaje preguntándole cómo estaba. “Crei que le importaba de verdad”, expresó Joynes. Luego, el joven le envió: “Muéstrame tus senos”, a lo que Joynes respondió: “Esta noche no”.

Después de su cumpleaños, el adolescente le mintió a sus padres y les dijo que se iba a ver un partido del Manchester United, pero en lugar de eso, fue al departamento de la profesora.

Asimismo, le explicó al jurado lo “nervioso” que estaba cuando perdió la virginidad con Joynes y cómo fue que le expresó a la mujer que no esperara tanto de él porque solo tenía 16 años.

Mientras el joven se desnudaba, la profesora le dijo: “¡Oh! Me mentiste”.

Más aún, el adolescente declaró a la policía que consideraba que eran “amigos con derecho a roce” y afirmó que mantenían relaciones sexuales con regularidad mientras él aún era estudiante.

También detalló que el vínculo se deterioró, ya que discutían mucho porque la mujer era celosa y controladora.

En un intento de salvar la relación, y justo un día antes de que Joynes fuera detenida por segunda vez, invitó al sujeto B a una cita que incluía un juego con tarjetas sexuales rasca y gana, pétalos de rosa y notas escondidas por todo el departamento con pistas que conducían a distintos “premios”.

El premio final era una prenda de bebé, que decía “el mejor papá” en la parte delantera. Al momento de descubrirlo, el joven declaró que no se lo esperaba y que se mostró muy confundido ante la situación.

En una carta dirigida al sujeto B, Joynes escribió: “Cada centímetro de ti es perfecto. Eres todo lo que siempre soñé”.

Por su parte, Joynes alegó que nunca mantuvo relaciones sexuales con el sujeto A, pero que sí mantuvo un vínculo con el sujeto B mientras estaba suspendida de su puesto de trabajo. No obstante, reveló que los encuentros sexuales comenzaron después de que la despidieran y él terminara la escuela a sus 16 años, por lo que no habría delito alguno.

Este jueves, tras una deliberación que duró nueve horas, la profesora fue declarada culpable en el Tribunal de la Corona de Manchester de cuatro cargos por incitar a un menor a participar en actividades sexuales, dos de los cuales ocurrieron mientras tenía una posición de autoridad frente a los estudiantes.

El fiscal Joe Allman argumentó que la acusada confiaba en que los jurados podrían haber sido más compasivos o tener una perspectiva distinta sobre su conducta porque era mujer.

También cuestionó por qué la profesora no detuvo el comportamiento de los adolescentes, incluidos los mensajes por Snapchat que le enviaban y los apodos sexuales con los que la llamaban. Por ende, cree que la mujer realmente siente atracción por los menores de edad.

También se la acusó de “intentar ganarse la simpatía del jurado” por llevar un gorro de bebé rosa en la parte delantera de su pantalón, de manera que podía distinguirse fácilmente.

Anteriormente, Joynes declaró ante el jurado que había arruinado su “trabajo soñado” al cometer “errores” estúpidos, pero negó haber mantenido relaciones sexuales con menores de edad.

Luego de finalizar una Licenciatura en Ciencias del Deporte, la profesora comenzó a trabajar en la institución en 2018, como parte del programa de reclutamiento de profesores de la organización británica Teach First.

La mujer contó que tenía 28 años y que estaba atravesando un duelo luego de terminar una relación que duró nueve años. Asimismo, aseguró no la había pasado bien durante la pandemia de la covid-19 y se sintió atraída por los adolescentes debido a que se sentía sola.

Michael O'Brien, el abogado defensor de la mujer, acusó al sujeto A de fanfarrón y afirmó que el sujeto B “había tergiversado las fechas” para decir que las relaciones sexuales comenzaron cuando él tenía 15 años y aún era su alumno.

La profesora le contó entre lágrimas a los jurados que le habían quitado la tenencia de la niña que tuvo con el sujeto B y que ahora solo puede verla tres veces por semana.

Tras conocerse los veredictos, los padres de la mujer no mostraron reacción alguna, pero a unos metros de distancia, los padres de los adolescentes se sintieron aliviados por la condena que recibió Joynes.

La jueza Kate Cornell dio las gracias a los miembros del jurado y dijo que necesitaría analizar más informes sobre la acusada antes de poder dictar sentencia en julio.

La magistrada le otorgó la libertad bajo fianza a Joynes mientras espera la sentencia, pero le advirtió: “Hay una niña en el medio que no ha hecho nada malo y es totalmente inocente, entiendo que querrás verla antes de la decisión final”.

“Sin embargo, no te ilusiones”, concluyó.

Jane Wilson, fiscal superior de la división noroeste del CPS del Reino Unido (Servicio de Fiscalia de la Corona) sostuvo: “Rebecca Joynes es una agresora sexual serial. Se le confió la responsabilidad de enseñar y proteger a los jóvenes. Sin embargo, abusó de su autoridad y los sedujo para luego mantener relaciones sexuales con ellos”.

Y continuó: “Su conducta ha tenido un impacto duradero en las víctimas. El CPS colaboró con la policía del condado de Gran Manchester para recopilar pruebas sólidas que respaldaran el caso presentado ante el jurado, incluidas declaraciones de testigos, mensajes de textos entre Joynes y los jóvenes y grabaciones de cámaras de seguridad”.

Por último, concluyó: “Quiero agradecer a las víctimas por su colaboración. Joynes pagará por lo que hizo”.