La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) publicó su Evaluación Nacional de Amenazas a las Drogas 2025, en la que destaca la creciente presencia y expansión internacional de los principales cárteles mexicanos, en particular el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ambos grupos son señalados como organizaciones criminales con presencia significativa en gran parte del territorio mexicano, además de operar en aproximadamente 40 países, con conexiones logísticas, financieras y de abastecimiento que se extienden desde Latinoamérica hasta Asia, principalmente China.
El informe incluye mapas que muestran cómo estos cárteles dominan vastas regiones del país. El Cártel de Sinaloa mantiene fuerte presencia en el norte y sur de México, utilizando puertos del Pacífico para recibir precursores químicos utilizados en la fabricación de fentanilo. Sin embargo, su influencia es menor en estados como Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz y especialmente Jalisco, donde predomina el CJNG.
Por su parte, el CJNG, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, opera incluso dentro de territorios tradicionalmente controlados por sus rivales. Tiene presencia significativa en Baja California, Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Quintana Roo, Campeche y Chiapas, además de mantener operaciones en todas las entidades federativas, incluida la Ciudad de México, desmintiendo versiones oficiales que la presentaban como libre de influencia de cárteles regionales.
La DEA también señala a otros grupos con presencia regional, como el Cártel del Noreste en el noreste del país, el Cártel del Golfo en el Golfo y la Familia Michoacana en el centro-sur. Todos participan activamente en el tráfico de drogas, particularmente en la distribución de fentanilo.
El informe subraya que estos grupos criminales no solo compiten por territorio, sino que también representan una amenaza global por su capacidad de producción, transporte y distribución de drogas sintéticas altamente letales.