Los líderes de Brasil, Colombia y México enfrentan críticas por su manejo con Nicolás Maduro.
Ciudad de México.-Recientemente, los presidentes de Brasil, Colombia y México emitieron un comunicado conjunto en el que reclamaban al gobierno de Nicolás Maduro la divulgación de las actas electorales, evitando, sin embargo, condenar la represión a los manifestantes y la falta de transparencia. Esta postura ha generado incertidumbre sobre las verdaderas intenciones que estos líderes podrían tener respecto al mandatario venezolano.
Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador solicitaron los resultados electorales, pero se reservaron de apoyar una condena al régimen durante la cumbre de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
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Esta declaración ha levantado sospechas de una posible complicidad entre estos tres países y el gobierno de Maduro.
Roderick Navarro, político venezolano, afirmó que los mandatarios proporcionaron a Maduro más tiempo para presentar documentos manipulados y negociar la exclusión de la líder opositora María Corina Machado.
“Este espacio promete dejar un escenario favorable para que Maduro pueda presentar sus actas forjadas y ganar más tiempo para normalizar la reelección del tirano”, declaró Navarro.
Celso Amorín, asesor internacional de Lula, comentó que la oposición venezolana acusa sin pruebas contundentes de fraude electoral, mientras que el partido de Lula ya reconoció la victoria de Maduro sin requerir evidencia adicional. Navarro sugiere que:
“Es muy probable que [los presidentes de Brasil, Colombia y México] acepten y reconozcan a Maduro con la acción inconstitucional e ilógica que realizará el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para validar a su aliado, y de esta manera, tratar de frenar la caída de la dictadura a toda costa en los próximos días”.
El régimen de Maduro, por su parte, no ha divulgado las actas requeridas y ha alegado un ataque cibernético desde Macedonia del Norte como justificación, aunque esta versión ha sido refutada por la OEA. La credibilidad de los resultados depende únicamente de lo que afirme el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por Maduro.
Hasta la fecha, los enfrentamientos con la policía en Venezuela han resultado en 17 muertes y la detención de aproximadamente mil manifestantes. Se han reportado secuestros de testigos electorales y tácticas de persecución.
Además, el régimen tiene planes de construir dos “gulags caribeños” para “reeducar” a los opositores. Los presidentes de Brasil, Colombia y México aún no han comentado sobre estos hechos.