La violencia en Michoacán provoca desplazamiento forzado, afectando a comunidades enteras y generando nuevas modalidades de huida
Morelia, Michoacán.- Mientras la violencia en la región de Tierra Caliente no cesa, las comunidades cercanas a Apatzingán siguen siendo escenario de enfrentamientos entre grupos del crimen organizado, lo que ha provocado nuevas oleadas de desplazamientos forzados, según alertó el Observatorio Regional de Seguridad Humana de Apatzingán y el medio informativo “Animal Político”.
Uno de los casos más recientes ocurrió el pasado miércoles 2 de julio en Chandio, una localidad de poco más de mil habitantes a tan solo cinco minutos de la cabecera municipal.
De acuerdo con reportes del Observatorio, se registró un ataque con explosivos lanzados desde un dron, supuestamente operado por el grupo criminal de “Los Caballeros Templarios”, cuyo objetivo era destruir una vivienda que, presuntamente, era utilizada por un grupo rival como polvorín, aunque el dispositivo no dio en el blanco, pero dejó consecuencias.
“A raíz de este ataque con explosivos, que se registró sobre las 16:30 horas, un menor de edad de tan solo 2 años sufrió lesiones en sus extremidades inferiores, y al menos 2 familias con una decena de personas salieron de la localidad”, informó un integrante del Observatorio.
La misma fuente advirtió que “ha sido el evento con explosivos más cercano a la cabecera municipal de Apatzingán del que tenemos registro a la fecha”, lo que subraya la gravedad de la situación y el riesgo creciente para la población.
El Observatorio envió el 4 de julio un oficio dirigido al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, a la alcaldesa de Apatzingán, Fanny Lissette Arreola, y al secretario de Seguridad Pública estatal, Juan Carlos Oseguera, para alertar sobre este nuevo episodio de violencia y desplazamiento. Sin embargo, el único contacto posterior fue la confirmación de recibido del documento.
Violencia persistente en comunidades fantasma
Las localidades de El Guayabo y El Alcalde, que fueron completamente abandonadas tras una incursión armada la noche del 15 de marzo, siguen siendo escenario de hechos violentos.
El pasado 25 de junio se registraron “fuertes enfrentamientos” en la zona del Puente del Pitayo, después del colapso de otra estructura al sur de El Guayabo debido a lluvias intensas y el crecimiento del Río Grande.
Según el Observatorio, los grupos del Cártel Jalisco y Los Caballeros Templarios se disputan violentamente el control del único paso aún utilizable, lo que ha provocado “el desplazamiento de algunas familias de ambas localidades, aunque desconocemos si ya pudieron regresar”, señaló la fuente.
Además, el pasado fin de semana, elementos del Ejército desactivaron dos minas antipersona en El Alcalde, gracias a que los pobladores las detectaron a tiempo.
Estos artefactos explosivos ya han cobrado víctimas, pues el 15 de abril, un agricultor de 29 años sufrió heridas al pisar una mina en una parcela de limón en Loma de Los Hoyos, y anteriormente, el 2 de abril, otro trabajador del campo falleció en circunstancias similares en Puerta de Alambre.
Desde 2022, el Observatorio ha documentado los primeros casos de civiles, así como policías y militares, muertos por explosivos colocados en la región.
No obstante, advierte que entre 2024 y los primeros meses de 2025 se ha registrado un aumento acelerado, con al menos diez personas muertas por minas.
Desplazamiento forzado intermitente: una nueva modalidad
Las condiciones de violencia han modificado la forma en que las personas huyen de sus comunidades. El Observatorio señala que ahora es más frecuente el “desplazamiento forzado intermitente”, es decir, personas que salen de sus hogares, pero regresan de forma periódica para verificar el estado de sus propiedades o intentar reanudar la vida en condiciones de inseguridad.
“Muchas personas que huyen no se refugian en albergues, y tienen miedo a ser identificadas durante el periodo que dura el desplazamiento. Y por eso es difícil documentar hacia dónde se dirigen, o si toman la decisión de regresar a su lugar de origen, o de abandonarlo de manera definitiva”, explicó la persona entrevistada.
Violencia también alcanza Zitácuaro y Tuzantla
La violencia no se limita a Tierra Caliente, ya que en la región Oriente del estado, el Observatorio denunció nuevos desplazamientos.
En Zitácuaro, entre el 16 y el 22 de junio, se reportaron hechos violentos generalizados, incluidos bloqueos en al menos seis puntos de la cabecera municipal.
El 19 de junio, un menor de 5 años murió en medio del fuego cruzado, mientras que su madre y dos hermanos también resultaron heridos.
“Esa jornada violenta ha sido ampliamente documentada, con el condenable resultado de un niño de 5 años fallecido (…) lo que debe alertar a las autoridades responsables de posibles nuevos desplazamientos en ese municipio del oriente de Michoacán”, señaló el Observatorio en un documento enviado al gobierno estatal.
Un día después, la comunidad de Francisco Villa, en el municipio de Tuzantla, quedó completamente vacía tras hechos de violencia reportados desde el 15 de mayo.
El desplazamiento fue incluso mencionado por el dirigente del PRD, Octavio Ocampo Córdova, desde la tribuna del .
Desplazamientos invisibilizados
Los desplazamientos también han alcanzado zonas colindantes con Morelia, donde, según reportes del 8 de mayo, habitantes de la Sierra del Capulín huyeron tras amenazas de grupos armados que exigían pagos o su integración a células delictivas. Se estima que al menos 68 personas fueron desplazadas.
“Este fenómeno ha obligado a muchas familias a abandonar sus hogares, buscando refugio en otras zonas del país o incluso en el extranjero, muchas veces bajo la apariencia de migración económica, lo que invisibiliza su condición de víctimas”, advirtió el Observatorio.
Ante este panorama, la organización hizo un llamado a las autoridades de Michoacán para que reconozcan oficialmente los casos de desplazamiento forzado, garanticen la protección de las personas desplazadas y sancionen a los responsables de estos actos de violencia.