Conecta contigo mismo y con tus seres queridos como nunca antes lo habías hecho. Descubre de qué manera aquí.
Hablar, hablar, hablar: esa es la llave “mágica” para transformar tus relaciones. El poder de una sola conversación profunda es capaz de conducirte a un entendimiento más profundo de las personas que te rodean y que más aprecias.
Por desgracia, el ritmo ajetreado del día a día no siempre va a permitirte tomarte el tiempo de entablar un diálogo extenso con alguien que vaya más allá del “¿Cómo te fue hoy?”; sin embargo, crear espacios de vez en cuando para charlar de manera real, sin preguntas superficiales, es indispensable para establecer vínculos tanto significativos, como duraderos.
que fungen como herramientas de ayuda para quienes desean conocer a alguien más a fondo, pero no saben por dónde comenzar. ¿Te gustaría descubrir qué pueden aportarte a ti y a tu círculo? Sigue leyendo.
Fomentando conexiones que te nutran
Atreverse a explorar más allá de lo superficial no siempre es sencillo; salir de la zona de confort no resulta algo muy cómodo para todas las personas, en especial cuando se trata de enterarse o de hablar abiertamente sobre un tema que jamás se había tocado.
Las interrogantes profundas actúan como puentes que unen de una forma distinta con el otro. Piénsalo así: ¿Crees que conseguirías saber más de la gente si le preguntas cómo está o cuáles son las metas que le gustaría cumplir?
Charlando sin parar
Al involucrarte en diálogos abiertos comenzarás a comprender mejor tus emociones, así como las de los demás, a un punto en el que podrás reaccionar con mayor empatía y compasión.
Quizá preguntarle a una persona qué opina sobre el perdón no parezca demasiado interesante, sin embargo, en el momento que la cuestión se pone en la mesa, será inevitable no reflexionar acerca de tus experiencias y querer saber la de tus seres queridos.
Este proceso de introspección en conjunto representa, pues, una especie de viaje que quizá llegue a resultar difícil, e incluso, incómodo, de acuerdo a las vivencias de cada individuo, pero vale la pena realizarlo para entenderte a ti mismo y a quienes te rodean.
Aprendiendo a comunicarte
El concepto de la comunicación es comprensible para muchos hasta que llega el momento de ponerlo en práctica, por ejemplo: Es decir, ¿podría determinar que sientes atracción? Por supuesto, asumir es sencillo y ciertos comportamientos pueden malinterpretarse, ¿cuál es la única forma de saberlo? Hablando al respecto de la situación, preguntando directamente.
Aunque parece algo obvio, hacer esto es para un gran número de personas un reto dominado por el miedo, la incertidumbre, el “¿qué va a pensar de mí?”. Y, así como en las telenovelas, varias oportunidades se esfuman de las manos solo por no hablar o preguntar.
La solución para acabar con esas barreras emocionales, es cultivar la confianza y la empatía, entender que:
- 1. No hay nada de malo en lo que sientes, ni en las dudas que puedas tener.
- 2. No siempre podrás evitar el dolor o la tristeza.
En lugar de esquivar temas delicados, lo ideal es enfrentarlos, así como aprender a escuchar activamente, sin interrumpir ni juzgar, dejando espacio para que todas las partes expresen sus pensamientos y emociones.
A través de técnicas como estas, los malentendidos dejarán de ser desencadenantes de conflicto y se contemplará la comunicación como una alternativa viable.
¿Qué hace Maestría Emocional?
Entonces, para conocer a los demás, ¿se puede preguntar lo que sea, mientras no sea cliché o predecible? La respuesta es: no. Los juegos diseñados por Maestría Emocional no son producto del azar, están fundamentados en estudios científicos. Su objetivo es entretener, claro, pero también generar conversaciones que unan.
Cada categoría se orienta, en primer lugar, al tipo de vínculo en el que se desea profundizar: Pareja, familia y amigos o uno mismo, a partir de ello, las barajas se diversifican para crear una experiencia única, entre autorreflexiones, dilemas de la vida real, o incluso, aspectos relacionados con la sexualidad.
Aceptar el reto de incorporar dinámicas así en el día a día, va a ser efectivo tanto para evolucionar en los puntos explorados en subtítulos anteriores, como para ayudarte a abordar conversaciones que muchas veces se evita, y abrirte, compartir.
Conclusiones
Algo importante a destacar es que, por supuesto, no puedes esperar que una o dos charlas sean suficientes como para sacudirte las manos y decir “Ya está”; la constancia es clave (como en todo) y tomar el compromiso de establecer momentos para el intercambio de perspectivas, sin demasiados distractores y con la voluntad de mostrarte vulnerable, siempre y cuando sea con una persona que te inspire confianza.
Con la implementación de dicho enfoque regularmente, tus relaciones se encaminarán hacia un nivel de complicidad más profundo y auténtico con los otros y contigo mismo.
¿Estás listo para conectar de verdad?