Morelia, Michoacán, 26 de noviembre de 2024.- Un reciente descubrimiento en la Antártida ha revolucionado la visión que teníamos de este continente, ya que podría confirmar la existencia de una selva tropical en dicho territorio mucho antes de que se formaran las capas de hielo.

Este importante descubrimiento no solo aporta detalles sobre el pasado climático de la Tierra, sino que también abre nuevas puertas para futuras investigaciones sobre los cambios ambientales en un lugar que hoy se considera inhóspito.

Descubrimiento: ¿de qué se trata la evidencia hallada en la Antártida sobre la existencia de una selva tropical?

Científicos de Alemania y el Reino Unido han encontrado fragmentos de ámbar de entre 83 y 92 millones de años de antigüedad, que demuestran que, en la época de los dinosaurios, la Antártida albergaba un ecosistema de tipo tropical y un clima completamente opuesto al que presenta actualmente.

El ámbar, junto con fósiles de raíces, polen y esporas, permite a los investigadores reconstruir uno de los ecosistemas más antiguos del planeta, destacándose la presencia de coníferas y plantas adaptadas a las condiciones extremas del Polo Sur.

Durante el periodo Cretácico, hace 90 millones de años, la Antártida disfrutaba de un clima cálido y húmedo. Esto permitió el desarrollo de una vegetación densa dominada por coníferas, capaces de producir resina que, al preservarse en forma de ámbar, ha llegado hasta nuestros días.

Descubrimiento: ¿qué características tiene el ámbar encontrado en la Antártida y cómo sobrevivió al paso del tiempo?

Este ámbar encontrado en la Antártida, de colores amarillos y naranjas, contiene diferentes vestigios pertenecientes a árboles y plantas antiguas, fundamentales para comprender cómo era el ambiente de aquella época.

Los árboles de esta selva antártica, adaptados a meses de total oscuridad polar, lograron sobrevivir mediante un proceso de dormancia, lo que les permitió resistir el clima extremo del continente.

Además, la presencia de depósitos volcánicos en el ámbar indica que la región experimentó frecuentes incendios forestales, un factor que influyó tanto en la vegetación como en la formación del suelo.

Este descubrimiento sitúa al continente helado junto a otras regiones del hemisferio sur, como Nueva Zelanda y Australia, donde también se han encontrado depósitos de ámbar del Cretácico. (CON INFORMACIÓN DE: EL CRONISTA)