En un esfuerzo por abordar el desempleo estructural y el envejecimiento de su población, China ha aprobado una resolución durante la tercera sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista Chino.
Actualmente, la edad de jubilación en China varía entre los 50 y los 60 años, dependiendo del género, una política que se ajustará para reflejar la esperanza de vida media nacional y datos macroeconómicos.
La medida, enfocada en los principios de «voluntariedad» y «flexibilidad», busca permitir a los trabajadores elegir si desean seguir en el mercado laboral después de alcanzar la edad legal de jubilación. Esto no solo apunta a manejar el creciente número de personas mayores en la población china, estimado en más de 400 millones para 2023, sino también a fomentar el desarrollo de industrias relacionadas con el cuidado de ancianos y pensiones.
Según expertos consultados por el Global Times, esta reforma no solo facilitará una transición gradual hacia la jubilación, sino que también podría beneficiar la economía al permitir a trabajadores más experimentados ocupar roles en sectores como la economía digital y el cuidado de personas mayores.
El profesor Yang Yansui de la Universidad de Tsinghua destacó la importancia de este enfoque flexible, subrayando que podría contribuir significativamente a la transformación del mercado laboral y a la reducción del desempleo estructural, actualmente en el 5% de la población activa.
La baja edad de jubilación actual ha sido motivo de debate debido al aumento en la esperanza de vida y al consecuente envejecimiento de la población en China, con una esperanza de vida actual de 78.2 años. El Comité Central del PCCh ha reconocido estos desafíos y se ha comprometido a mejorar los sistemas de cuidado de ancianos y programas relacionados para enfrentarlos activamente.
En resumen, esta resolución marca un paso significativo hacia un sistema de jubilación más flexible y adaptado a las necesidades demográficas cambiantes de China, al tiempo que busca promover un desarrollo económico más sostenible y equitativo a largo plazo.
Fuente: López-Dóriga