El Centro Carter, entidad internacional reconocida por su labor en la observación de procesos electorales, ha emitido un comunicado en el que expresa serias reservas sobre la integridad de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela. La organización, que participó como observador en los comicios, concluyó que el proceso electoral “no se adecuó” a los parámetros y estándares internacionales de integridad electoral, por lo que “no puede ser considerado como democrático”.
En su informe preliminar, el Centro Carter destacó varias irregularidades significativas. En primer lugar, la falta de transparencia en el proceso de conteo de votos ha sido una preocupación central. La organización indicó que el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela aún no ha divulgado los resultados desglosados por mesa, lo que constituye “una grave violación de los principios electorales”. Además, el CNE declaró ganador al oficialista Nicolás Maduro a pesar de que más de dos millones de votos permanecen sin contar.
El Centro Carter también señaló que el proceso electoral en Venezuela no alcanzó los estándares internacionales de integridad en ninguna de sus etapas. Se identificaron infracciones a numerosos preceptos de la legislación nacional, destacando un ambiente de libertades restringidas que afectó a actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. Las autoridades del CNE mostraron una clara parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición.
La actualización del registro de electores fue otro punto crítico. El Centro Carter señaló que se realizaron con numerosos inconvenientes, como plazos extremadamente cortos y una campaña de información y difusión pública insuficiente. En el extranjero, los ciudadanos enfrentaron barreras legales que complicaron su inscripción en el padrón electoral, exacerbando las dificultades para votar.
Además, el registro de partidos y candidatos también se desvió de los estándares internacionales. Las formaciones opositoras sufrieron intervenciones judiciales que beneficiaron a individuos afines al gobierno y afectaron negativamente a sus liderazgos políticos.
La campaña electoral, según el Centro Carter, se desarrolló con un notable desequilibrio a favor del gobierno. La candidatura oficialista tuvo acceso a amplios recursos, incluyendo una considerable ventaja en medios de comunicación y publicidad. El uso indebido de recursos públicos, la movilización de funcionarios para la campaña, y la intimidación de opositores fueron prácticas observadas durante el proceso electoral.
Pese a estas irregularidades, el Centro Carter elogió la participación cívica de la ciudadanía venezolana, que se movilizó masivamente el 28 de julio para ejercer su derecho al voto. A pesar de las restricciones y presiones, la jornada de votación transcurrió de manera pacífica, evidenciando el compromiso de los venezolanos con el proceso electoral.
El informe concluye que la falta de transparencia del CNE en la difusión de resultados socavó los esfuerzos de observadores y participantes en el proceso. La misión del Centro Carter, que incluyó a 17 expertos y observadores desplegados en diversas ciudades del país, fue invitada para garantizar una observación libre y conforme a sus estándares. Un informe final detallado sobre la misión será publicado próximamente, ofreciendo un análisis exhaustivo de todos los hallazgos preliminares mencionados en el comunicado.
Fuente: López-Dóriga