La OPS advierte sobre un aumento de más de medio millón de casos nuevos para 2030 y 130,000 muertes en el continente, con la región de Latinoamérica y el Caribe enfrentando las peores tasas por la falta de recursos y detección temprana.
Redacción / La Voz de Michoacán
El cáncer de mama es el tumor más frecuente y el más mortal en mujeres a nivel mundial según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y tiene gran incidencia en Latinoamérica debido a las desigualdades para acceder a los recursos.
Los casos de esta enfermedad están aumentando en todo el mundo y en América se espera que para 2030 se incrementen con más de 500,000 casos nuevos y unas 130,000 muertes.
Esta subida será casi el doble en América Latina y el Caribe que en Estados Unidos y Canadá, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Estas regiones enfrentan desigualdades en el acceso a servicios y no tienen los recursos suficientes para atender a las mujeres con cáncer de mama, el tumor más mortal en estos países en los que se registró más de 220,000 nuevos casos y casi 60.000 muertes en 2022.
La OPS resalta la importancia de crear registros poblacionales de este cáncer para diseñar, costear y evaluar planes nacionales, pero en América Latina la cobertura ha sido históricamente baja, lo que dificulta seguir los resultados y planificar los servicios.
La detección precoz y el acceso a tratamiento efectivo sigue siendo un reto en países con recursos limitados. La OMS asegura que en estos entornos con sistemas de salud débiles la prioridad debe ser el diagnóstico temprano de las mujeres con síntomas y el tratamiento oportuno a las mujeres que sufren la enfermedad, ya que los programas organizados de cribado poblacional con mamografía pueden no ser viables ni rentables.
El objetivo de la OPS y la OMS es reducir la mortalidad mundial en un 2,5 % anual, evitando así 2,5 millones de muertes desde 2020 hasta 2040.
Los casos aumentan a nivel global
En los países de altos ingresos el pronóstico después de una detención de cáncer de mama ha mejorado drásticamente y la mortalidad ha disminuido un 40% entre 1980 y 2020, tras la aplicación de programas de detección temprana y protocolos de tratamiento estandarizados.
Pero los pronósticos empeoran. Según un nuevo informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), una rama de la OMS, se prevé que el número de casos de cáncer de mama aumente un 38 % de aquí a 2050 y las muertes anuales crezcan un 68 %.
“Cada minuto se diagnostica cáncer de mama a cuatro mujeres en todo el mundo y una muere a causa de esta enfermedad, y estas estadísticas están empeorando”, aseguró la doctora Joanne Kim, científica del IARC y coautora del informe.
El incremento de la incidencia de cáncer de mama se debe al aumento poblacional, el envejecimiento de la población, el cambio de los hábitos reproductivos de las mujeres y la exposición a factores de riesgo como la obesidad, el uso de terapias hormonales y el sedentarismo.
En 2022, se diagnosticaron en todo el mundo 2,3 millones de casos en mujeres y se registraron 670.000 defunciones por este cáncer.
Aproximadamente el 99 % de los casos de esta enfermedad afectan a mujeres.
Del lazo melocotón al rosa
El 19 de octubre se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Mama, para concienciar sobre la importancia de la detección temprana de esta enfermedad, una fecha establecida por la OMS en 1988.
Durante este mes, muchas organizaciones reclaman más recursos para poder investigar la enfermedad.
En la lucha contra el cáncer de mama, el lazo rosa se ha convertido en un emblema, sin embargo, su color original no era este, sino un naranja melocotón.
Fue Charlotte Haley, una mujer de 68 años, que diseñó este lazo melocotón por primera vez en 1991 para reivindicar una mayor investigación contra el cáncer de mama que afectaba a varias mujeres de su familia.
Haley cosía lazos de color melocotón en su salón de Boston, (Estados Unidos), unidos a una carta que repartía por las calles y enviaba a las autoridades en la que reclamaba al Gobierno de Estados Unidos una mayor inversión en la investigación de esta enfermedad.
Esta iniciativa comenzó a hacer ruido y al año siguiente, la revista de salud ‘Self’ quiso dar un paso más allá y su editora Alexandra Penny le propuso a Haley usar sus lazos en uno de sus números. Sin embargo, Haley rechazó esta oferta porque temía que su proyecto se convirtiera en algo demasiado comercial.
Por motivos legales, la revista decidió usar el lazo, pero de color rosa y más tarde, la compañía de cosméticos Estée Lauder se unió a la iniciativa del lazo rosa, que terminó por convertirse en el símbolo mundial contra esta enfermedad.