El caso Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol, destaca la lucha contra la violencia de género en el deporte, por beso no consentido.
España.-Luis Rubiales, ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), afirmó en la Audiencia Nacional de Madrid, sobre su caso, el estar “totalmente seguro” de que Jennifer Hermoso consintió el beso que le dio tras ganar el Mundial de Fútbol Femenino 2023.
Este incidente, que se transformó en un escándalo tanto mediático como legal, ha llevado a Rubiales a enfrentar un juicio por un supuesto delito de agresión sexual.
El beso ocurrió el 20 de agosto de 2023, en la celebración del triunfo de España en el torneo, realizado en Australia y Nueva Zelanda. Durante la ceremonia de entrega de medallas, Rubiales besó a Hermoso en los labios, un acto inicialmente visto como espontáneo, pero que Hermoso luego desmintió, afirmando que no había dado su consentimiento.
Rubiales, quien dimitió en septiembre de 2023 bajo la presión de la opinión pública, siempre sostuvo que el beso fue acordado.
“Estoy totalmente seguro de que me dio su permiso”, declaró en su testimonio, añadiendo en audiencias previas que fue “un momento de felicidad extrema, un gesto que no tuvo ninguna mala intención. Jenni y yo nos llevábamos bien, y nunca habría hecho algo que ella no quisiera”.
Sin embargo, Hermoso ha reafirmado en varias ocasiones que no consintió el beso, lo que ella describe como una invasión a su espacio personal:
“En ningún momento di mi permiso para ese beso. Fue algo inesperado y que me hizo sentir incómoda”, expresó en una audiencia.
El caso ha suscitado un debate amplio sobre el acoso y la violencia de género en el deporte. Rubiales se enfrenta a una posible condena de hasta cuatro años de prisión si es hallado culpable de agresión sexual, además de una posible compensación económica a Hermoso por daños morales.
El juicio ha tenido hasta ahora tres sesiones, con testimonios de testigos, incluidos compañeros de equipo de Hermoso y miembros del cuerpo técnico. Se espera que continúe con más audiencias, donde tanto Rubiales como Hermoso volverán a declarar. La defensa de Rubiales insiste en que no hubo intención de agredir y que el beso fue un acto impulsivo en un momento de júbilo colectivo:
“No hay agresión alguna, fue un gesto de celebración, como tantos otros que se ven en el fútbol”, argumentó uno de los abogados defensores.
El impacto del caso en la RFEF ha sido profundo, llevando a la federación a adoptar nuevas políticas de conducta y protocolos contra el acoso, buscando restaurar su imagen.
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El juicio no solo ha marcado un hito en el deporte, sino también como un símbolo de la lucha contra el abuso de poder y la violencia de género. Mientras tanto, Hermoso sigue recibiendo el apoyo de sus compañeras, aficionados y organizaciones feministas, que ven en su caso una oportunidad para fomentar cambios estructurales en el deporte y en la sociedad.