¿Cómo es Erongarícuaro, Michoacán? Un paraíso lacustre hoy convertido en un infierno por grupos criminales
Hoy, el nombre de Erongarícuaro se posicionó en los principales titulares de las noticias sobre Michoacán, todos en términos negativos, al ser el lugar donde surgió el primer reporte de enfrentamientos entre civiles armados y fuerzas del orden, que derivaron en bloqueos carreteros e incineración de vehículos que se extendieron hacia otros seis municipios.
¿Dónde queda Erongarícuaro, Michoacán?
Constituido en municipio el 10 de diciembre de 1831, Erongarícuaro se localiza en la región Pátzcuaro-Zirahuén de Michoacán, a sólo 75 kilómetros de distancia de la ciudad capital del estado, Morelia. Colinda con los municipios de Zacapu, Coeneo, Quiroga, Tzintzuntzan, Pátzcuaro, Nahuatzen y Tingambato.
Su territorio comprende 246.53 kilómetros cuadrados, extensión que representa 0.41 por ciento de la superficie de la entidad.
¿Cómo es Erongarícuaro, Michoacán?
De clima templado con lluvias en verano, en él predomina el bosque mixto, con pino, encino, aile y liquidámbar y el lago de Pátzcuaro constituye su hidrografía; en consecuencia, la fauna de sus ecosistemas se conforma por caxomixtle, coyote, tlacuache, conejo, bagre, pez blanco, charal, pato y cerceta.
Pero no sólo es rico en naturaleza, sino también en historia y atractivos turísticos culturales.
La fundación de Erongarícuaro ocurrió en la época prehispánica, a partir de la unificación del imperio tarasco de 1440. Fue entonces uno de los asentamientos más importantes, después de Tzintzuntzan.
Del periodo virreinal, específicamente del siglo XVI, data el templo y exconvento franciscano. Mientras que, en la isla de Jarácuaro, está la capilla del antiguo hospital y templo de San Pedro.
Al turismo ofrece coloridas artesanías de textiles, como mantas y vestidos, además de muebles de maderas talladas.
La cocina tradicional del municipio se compone de algunos platillos típicos de las comunidades indígenas purépecha: churipo, corundas, uchepos, tamales, buñuelos y caldo de pescado; y en bebidas, tanto los atoles de grano y blanco, como las espirituosas de frutas (charape) y membrillo.