El caso ha generado conmoción tanto en Perú como en Venezuela, no solo por la crueldad con la que fue asesinada, sino por los posibles vínculos con redes delictivas en la capital peruana.

Fabiola había sido reportada como desaparecida el 7 de junio; dos días después, trabajadores de la planta de tratamiento de aguas residuales “La Atarjea”, en el distrito de El Agustino, encontraron restos humanos dentro de bolsas plásticas que flotaban en el sistema de filtrado.

Los análisis forenses confirmaron que los restos correspondían a la joven gracias a la coincidencia con varios tatuajes visibles. El cuerpo presentaba signos de estrangulamiento y desmembramiento, lo que indica que pudo haber sido asesinada días antes del hallazgo.

Aunque el asesinato aún no ha sido esclarecido, las autoridades no descartan que el homicidio esté relacionado con el crimen organizado. Una de las líneas de investigación apunta a una posible red de trata de personas activa en zonas del este de Lima. Se sospecha que Fabiola pudo haber sido víctima de explotación y posteriormente eliminada.

Otra versión sugiere que su asesinato estaría vinculado a un hecho violento ocurrido en 2022: la muerte de su expareja, Mayner Giménez Castillo, quien también era venezolano. Aunque Fabiola no fue formalmente implicada en ese caso, algunas voces cercanas a la familia del joven señalaron entonces posibles conflictos previos.

Fabiola Caicedo era reconocida en redes sociales por su estilo extrovertido y publicaciones constantes. Su cuenta de TikTok acumulaba miles de seguidores que interactuaban con sus videos de baile, frases populares y momentos personales. También trabajaba en el ámbito nocturno como anfitriona en discotecas de Lima Norte.

Su última aparición en la plataforma fue el 5 de junio, dos días antes de su desaparición. En el video, aparece bailando, aparentemente sin saber que sería su despedida.

Familiares, amigos y usuarios de redes sociales han exigido una investigación exhaustiva para esclarecer el crimen y dar con los responsables. Mientras tanto, las autoridades peruanas continúan analizando las pistas recolectadas, en medio de una creciente presión pública por respuestas.

El asesinato de ‘China baby’ pone nuevamente en el centro de la discusión la vulnerabilidad de las jóvenes migrantes en contextos de violencia y precariedad.

Fuente: Récord