Andrea Legarreta y Erik Rubín han logrado una separación amistosa, demostrando que el respeto y el cariño pueden perdurar más allá del matrimonio.
Andrea Legarreta ha compartido detalles sobre la relación actual con su exesposo Erik Rubín, con quien mantuvo un matrimonio de casi 23 años, desde abril de 2000 hasta su separación en febrero de 2023.
A pesar de la ruptura, ambos han destacado que siguen unidos por el cariño, el respeto y el bienestar de sus hijas, Mía y Nina.
Andrea Legarreta separación amistosa
La conductora expresó con sinceridad cómo ha logrado mantener una amistad saludable con Rubín, a pesar de la atención de los medios.
“Creo que al final lo que a nosotros nos funcionó fue valorar y recordar los motivos por los que estuvimos tanto tiempo juntos. Nuestra historia de amor, en su mayor parte, fue una historia bonita de respeto, obviamente con diferencias. Nadie tiene una historia perfecta”, comentó, subrayando que su historia no se limita a una separación.
Legarreta mencionó que, más allá de los errores o desafíos enfrentados, siempre vuelven al origen de su relación.
“Creo que también parte de estas historias es aprender y crecer equivocándote o tomando decisiones que no eran correctas, resolviendo. Pero creo que al final uno tendría que recordar por qué se casó, por qué estaba con esa persona.”
Sus palabras reflejan una perspectiva madura y consciente sobre la evolución de las relaciones.
Andrea y Erik
Iniciaron su relación a finales de los años noventa, convirtiéndose rápidamente en una de las parejas favoritas del público.
Durante más de dos décadas, construyeron una familia sólida, superaron rumores y crisis, y demostraron apoyo mutuo en diversas situaciones.
Todo esto ha cimentado una base que les permite mantener una convivencia cordial y una amistad funcional.
La actriz reconoció que no todas las parejas logran llegar a este punto.
“Ahora, también hay historias que comprendo perfectamente, que haya parejas que no quieran volverse a ver o que se han hecho mucho daño, o padres que le han hecho mucho daño a sus hijos o a su esposa, o viceversa. Creo que cada quien sus historias.”
Con esto, dejó claro que no busca idealizar su situación ni presentarla como un modelo universal.
Sin embargo, enfatizó: “Lo ideal sería terminar de la manera más sana, con inteligencia emocional, y que tus hijos sufran lo menos posible. Eso es lo que creo.”
Esta postura la ha llevado a trabajar activamente para que sus hijas mantengan una relación cercana y estable con ambos padres.
La relación entre Andrea Legarreta y Erik Rubín sigue siendo un ejemplo de separación responsable y afectiva.
Aunque han dejado claro que su vínculo amoroso terminó, también muestran que el cariño, la historia compartida y la madurez pueden transformarse en una sólida amistad, priorizando siempre el bienestar familiar.
