América Latina y el Caribe se proponen un crecimiento sostenible triplicando su capacidad en energía renovable para 2030
A pesar de contribuir con apenas 2.8% a las emisiones globales de gases de efecto invernadero derivadas de la generación de energía y producción de calor en 2022, América Latina y el Caribe han establecido un ambicioso objetivo para el 2030: triplicar su capacidad de energía renovable.
La región, que ya se destaca por tener más de 60% de su electricidad proveniente de fuentes renovables, la cifra más alta a nivel mundial, busca aumentar su capacidad total en 39% comparado con 2022, llegando a cerca de 450 GW según el informe ‘Tripling Renewable Capacity Pledge’ de la Agencia Internacional de Energía (IEA).
Energía renovable en América Latina
Brasil, Chile, Argentina y México lideran esta iniciativa, sumando aproximadamente 80% de la meta regional. Brasil es el país con mayor contribución, seguido de México y Chile, este último con planes de expandir su capacidad en energía renovable 2.5 veces, el aumento más significativo entre los cuatro. A pesar de que la hidroeléctrica es la fuente principal en diez países que generan cerca de 60% de la electricidad de la región, la mayoría de las naciones tienen planes de menos que duplicar su capacidad actual. Solo dos países aspiran a aumentarla entre dos y tres veces, y tres esperan más que triplicarla.
La hidroeléctrica, a menudo pasada por alto en los planes de expansión, es fundamental solo en Brasil y Chile. La diversificación de la matriz energética con fuentes como la eólica y la solar fotovoltaica es crucial para la seguridad eléctrica, especialmente en períodos de sequía. Brasil y Chile proyectan instalar 30 GW de solar fotovoltaica y 17 GW de eólica para 2030, representando 37% de las nuevas capacidades en la región.
México, aunque es uno de los consumidores energéticos más grandes, no lidera la expansión en energías renovables comparado con Brasil y Chile. Sin embargo, el sector privado está tomando un rol activo en la optimización energética y en la generación de energías limpias, como es el caso de edificios inteligentes. Panduit, una empresa especializada en infraestructura, ha logrado una reducción de 11% en su huella de carbono y aspira a alcanzar 20% para 2025, operando un edificio inteligente con certificación LEED Gold y enfocándose en productos diseñados con un enfoque de ciclo de vida amigable con el medio ambiente.
El Caribe
El Caribe, altamente vulnerable al cambio climático y desastres naturales, también está comprometido con el crecimiento en energías limpias. Los países caribeños incluyen las energías renovables en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs), con nueve de ellos estableciendo metas cuantitativas explícitas. Estos países pretenden duplicar su capacidad de energía renovable para 2030, lo que supera la tasa de crecimiento medio de la región de América Latina y el Caribe.