Transformando

De acuerdo con la ley electoral, en México está permitido hacer alianzas entre los partidos y con esto poder postular un solo candidato para cualquier cargo.

Generalmente estas alianzas se ven compuestas por dos factores, un enemigo común (en este caso del oficialismo), y la evidente derrota si participarán por separado.

Estas alianzas, generalmente se negocian y acuerdan entre la cúpula de los partidos políticos, no sin antes repartirse el “botín”, me refiero a las secretarías, direcciones, notarías y otros beneficios, dependiendo el cargo a competir.

La primera condena de estas alianzas, la tiene el candidato cuando resulta electo, ya que en la mayoría de las veces, las negociaciones incluyen cargos en el gabinete, estos puestos se dan en pago por el apoyo del partido y generalmente se le otorga a quien el presidente del partido determine.

Con lo anterior, se desprenden al menos 2 problemas:
1) La persona asignada al cargo lo recibe por designación y no en todos los casos es el mejor perfil para ocuparlo, generando ineficiencias en su gestión.
2) La lealtad del designado no es hacia el legislador, presidente municipal, gobernador, etc., sino para el presidente del partido que le designó el premio.

En 2024, para la carrera presidencial, PRI, PAN y PRD, a nivel federal, acordaron la alianza Fuerza y Corazón por México, encabezándola Xóchitl Gálvez para la Presidencia de la República.

No obstante lo anterior, de manera estatal algunos presidentes de partido decidieron, por sus motivos o caprichos, que irían separados en la competencia local, tal es el caso de la candidatura a presidente municipal de Morelia, Alfonso Martinez por PAN y PRD, René Valencia por el PRI, mostrando al menos que, en el proyecto local sus intereses personales son más importantes que el proyecto nacional.

En resumen, aunque en la lógica debería regir la alianza nacional, de manera estatal y municipal rigen los pequeños caciques, que recibieron un botín o no pudieron repartírselo a conveniencia y así, contrario a la lógica del enemigo en común y de que solos no ganarán (PRI), la alianza no se consumó.

Un daño colateral de esos “caciques estrategas”, fue que el pasado domingo 21 de abril, en su visita a la capital Michoacana, Xochitl Gálvez acompañó al candidato Alfonso Martinez en un evento sin contar con la presencia de miles de priistas que quieren apoyarla en el proyecto nacional, pero son mal vistos en lo local, por asistir a un evento de Alfonso Martinez, aunque muchos de ellos lo apoyarán el 2 de junio en las urnas.

No han entendido esos presidentes de partidos, que esa vieja forma de adueñarse de los partidos como si fueran un negocio familiar pasando por encima de los estatutos, ciudadanos y sus fundamentos, sólo logra aumentar el desprecio de la militancia.

Y mientras tanto en CDMX, una de las ciudades más seguras, detienen a un presunto homicida serial, la ciudad que disminuye feminicidios, pero que no detectó la relación de 2 de sus novias desaparecidas.

¡Es tiempo de los ciudadanos!!! Del México real!!!

Abelardo Pérez Estrada es empresario, analista y expresidente de CANACINTRA