Morelia, Michoacán

Conocíamos de las grandeza de Alejandro Sanz por sus discos y premios, pero verlo en vivo es otra cosa. En cuanto el intérprete se apareció en el escenario del Estadio Morelos de Morelia se echó en un bolsillo a los cerca de 50 mil personas presentes para ofrecer un concierto de amor y desamor; de melancolías e irreverencia, que resultará inolvidable.

El cantautor ofreció el mejor homenaje posible al Día de las Madres y a todo Michoacán en su primera visita a estas tierras.

El cantante catalán, vestido de negro con lentes oscuros y su guitarra de siempre, eterna, nos regaló éxitos tras éxitos acompañado por una banda que brilló tanto como él con dos coristas jóvenes, dos baterías que lanzaban fuego, las cuerdas impetuosas, el piano del romanticismo y una trompeta que no paró de lacerar corazones durante toda la noche.

Fotos: ACG

El show abrió con una reflexión en video del artista, al duro, sin maquillaje, acompañada de sugestivas imágenes de su vida que pudieron apreciarse en las dos enormes pantallas colocadas en una tarima dotada de un gran aparataje tecnológico.

La música abrió fuego con “No es lo mismo” y “Quisiera ser”, y a continuación, Alejandro Sanz le propuso al público realizar un viaje de un par de horas por los secretos de los sentimientos y la magia de las melodías eternas. El público deliró cuando el vocalista advirtió: “Yo conduzco”.

Luego, con su voz rasgada se impuso con algunos temas reflexivos, profundos, conmovedores, que idealizan el amor y lo condenan a ratos: “Lo que fui es lo que soy”, “Deja que te bese”, “La fuerza del corazón”, “Cuando nadie me ve”.

Entonces, el gentío, en un estadio repleto y lleno de energía, comenzó a cantar sus creaciones y él tuvo tiempo para rendirle un homenaje a La Habana y sorprender con un temazo de Joaquín Sabina: “Contigo” que le tocó el alma a muchos.

La noche, calurosa, ancestral, ya era suya (y de sus fans) y él llegó al clímax del espectáculo con “Viviendo de prisa”, “Y, ¿si fuera ella?, “Amiga mía” y el legendario “Corazón partío” con el cual anunció la llegada a la “última estación” del recital, el cual se tuvo que prologar, porque el público lo secuestró y no lo dejaba marcharse a otras tierras con sus fantasías y hermosas premoniciones.

Fotos: Primera Plana MX

Durante todo el espectáculo, lleno de recuerdos y abrazos, los vendedores ofrecieron gorras, playeras y hasta tequileras de Alejandro Sanz y los siempre molestos revendedores no dejaron de hacerse presentes en los alrededores del Coloso de Quinceo.

Los conciertos del Festival Michoacán de Origen (FMO) continúan este sábado 11 de mayo con Paty Cantú y Mar Solís, quienes se presentarán minutos después de las 19 horas en el jardín del Orquidario del Ceconexpo.