17 de octubre día histórico

Yurisha Andrade Morales*

El 17 de octubre de 1953 es un día histórico, fundamental para definir la conformación del actual Estado mexicano. Lo conmemoramos como la fecha de publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto por el que se reformaron los artículos 34 y 115 de nuestra Constitución para reconocer el derecho de las mujeres a votar y ser votadas, a iniciativa del presidente Adolfo Ruiz Cortines. Es el punto de partida que marca un antes y un después en la lucha por la paridad en la ocupación de los cargos públicos, de la igualdad política entre hombres y mujeres, y en la construcción de la igualdad sustantiva en nuestro país. 

​Fueron los comicios federales de 1955 los primeros donde las mujeres pudieron votar y ser votadas. La integración de la XLIII legislatura registra la participación de las primeras cuatro diputadas federales electas por el principio de mayoría relativa: Remedios Albertina Ezeta Uribe del Estado de México, Marcelina Galindo Arce de Chiapas, Margarita García Flores de Morelos y María Guadalupe Urzúa Flores de Jalisco. Su llegada al Poder Legislativo sintetiza la concreción de los ideales expresados por las primeras voces femeninas que en México desde finales del siglo XIX y principios del XX, pugnaron por la emancipación política de las mujeres, en un entorno autoritario y desigual. Ahí están los ejemplos indelebles de Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto y Soledad Orozco. 

​En grandes pinceladas menciono, para mis lectores, algunos hechos que preceden al 17 de octubre de 1953 y los principales cambios ocurridos posteriormente hasta este momento. Así, la historia nos dice que fue en 1916 cuando se dio el primer congreso feminista en el Estado de Yucatán; que en 1917 Hermila Galindo solicitó al Congreso Constituyente, el reconocimiento de sus derechos políticos; que en 1947 se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas en las elecciones municipales; que fue en 1952 cuando la ONU adoptó el tratado por el cual estableció que se debe garantizar a las mujeres el derecho a votar y ser votadas en igualdad frente a los hombres; que entre 1993 y 2007 se establecen en nuestra legislación medidas para garantizar cuotas de mujeres en la postulación de candidaturas; que en la reforma electoral de 2014 se garantizó la paridad en la postulación de candidaturas; mientras que en 2019 se establece en la Constitución la paridad en todo; y que en 2021 se fortalece el marco normativo para combatir la violencia política en contra de las mujeres en razón de género.

​Celebrar el 17 de octubre, como lo hicimos el pasado viernes, no debe entenderse solo como una oportunidad para rememorar la historia sino, también, para realizar un balance objetivo de lo que hemos hecho y lo que nos falta hacer para alcanzar la igualdad política real entre hombres y mujeres. La igualdad no es un discurso de moda, tiene que ser una realidad tangible y no cosmética, en un país cuya población es mayoritariamente de mujeres y donde hemos demostrado méritos y capacidad para ocupar las principales responsabilidades públicas en las tareas de gobierno, en la integración de congresos legislativos y en los organismos constitucionales autónomos.

​La democracia es una construcción colectiva que implica una ampliación progresiva de derechos reconocidos después de siglos de lucha para empezar a conseguir la igualdad real entre los géneros. No permitamos que en México ocurran retrocesos inaceptables como lo ocurrido en El Salvador donde Nayib Bukele archivó y dejó sin efectos las Leyes de Igualdad y no Discriminación y de Identidad de Género, además de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en todas las escuelas públicas; o en Argentina donde Javier Milei cerró el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y disolvió la Subsecretaría contra la Violencia de Género.

​Tampoco incurramos en excesos en temas como el uso de la normativa establecida para eliminar la VPMRG, que recientemente ha sido utilizada en casos que combaten la libertad de expresión ciudadana, más que defender a mujeres que sufren violencia y discriminación en política. La democracia mexicana solo se fortalecerá y perfeccionará si como sociedad, en particular, las mujeres como segmento mayoritario de la población, asumen el valor y el poder del voto en las urnas.   

Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán

@YurishaAndrade